Sociedad plural

Una sociedad plural es aquella en la que conviven de forma más o menos integrada grupos y clases sociales con diferentes culturas, valores, ideologías e intereses. En una sociedad plural, pueden darse dinámicas de segregación, aculturación, asimilación e interculturalismo, que dentro de su multiplicidad y complejidad pueden agruparse en dos grandes tipologías: por un lado, dinámicas negativas de dominación, conflicto y choque cultural, como en el caso de la segregación y asimilación, y dinámicas positivas de convivencia e influencia mutua, como en ciertos tipos de aculturación y en el interculturalismo. En este sentido, se denomina pluralismo social al principio social y político que busca el desarrollo de esas dinámicas positivas entre grupos sociales diferentes en una sociedad plural.

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Capacitismo

El capacitismo es la discriminación o segregación de las personas discapacitadas, simplemente por el hecho de ser personas con capacidades reducidas o diferentes a la norma en la sociedad.

Entramado social

A pesar de ser frecuentemente utilizado, el término entramado social es sumamente ambiguo y no ha sido objeto de definición académica en ninguna teoría sociológica al uso. No obstante, podemos definir el entramado social o interconexión social (ver, además interconexión) como  el conjunto de instituciones, redes de relaciones, jerarquías y roles en el que se desenvuelve la vida social (ver, además, factores sociales) que condicionan o influyen a su vez el conjunto de los hechos y fenómenos sociales que se desarrollan en la sociedad. Como el propio nombre indica, sería la base social sobre la que se sustenta el propio devenir social.

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Antisemitismo

El antisemitismo es la discriminación, odio, hostilidad y agresividad contra los judíos como comunidad, pueblo, religión o supuesta raza. Se trata de una actitud desarrollada desde la antigüedad, cuando hacia el siglo I antes de Cristo los antiguos romanos ocuparon el territorio habitado por los judíos y realizaron campañas de guerra contra los judíos; tanto estos ataques, que perseguían la subordinación y dominación de los judíos, como el hecho diferencial que situaba al judaísmo como religión monoteísta, como opuesto al paganismo politeísta habitual entre los romanos, provocaron una persecución contra la población judía y su identidad colectiva. Estos ataques contra los judíos condujeron a la diáspora judía, unas veces como exiliados y otras como esclavos. Hay que decir que los judíos también vivieron el exilio en el siglo VIII a. C., cuando los asirios vencieron a los judíos y los deportaron a Mesopotamia.

La oposición a los judíos continuó con el cristianismo, especialmente porque los judíos, formando comunidades exiliadas a lo largo y ancho de Europa, fueron considerados culpables de la muerte de Cristo, actitud que se extendió durante la Edad Media hasta la Edad Moderna, aumentando la desconfianza que suscitaban las comunidades judías que vivían aparte profesando otra religión diferente a la cristiana. Precisamente en la Edad Media y en la Edad Moderna eran frecuentes los pogroms o ataques colectivos contra los judíos. Por otra parte, en 1492 los judíos fueron expulsados por edicto de los Reyes Católicos de Castilla y Aragón, episodio notorio en la persecución histórica contra aquellos.

En el siglo XIX se acentuó el discurso contra los judíos. Los términos antisemita  y antisemitismo, como actitudes contrarias a lo judío, surgieron en Alemania a finales del siglo XIX para dar un tinte político al odio ancestral contra los judíos, por un lado contra el poder que los judíos estaban adquiriendo en la sociedad como burguesía, y en tambiñen referencia a su supuesta impureza de sangre, en el marco de un discurso racialista. Estos discursos se fueron extendiendo por Europa y los pogroms se multiplicaron. El nazismo, como ideología totalitaria, fijó el antisemitismo como uno de sus principios principales y así se llevaron a cabo uno de los mayores estragos de la historia, el Holocausto, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando se asesinaron sistemáticamente a millones de judíos en campos de concentración y exterminio. El Holocausto, su crueldad e inhumanidad, removió el fondo de la conciencia colectiva en muchos países, y desde entonces el antisemitismo ha sido considerado una ideología especialmente inhumana y peligrosa; hoy día, en muchos países modernos está fuera de la ley el difundir mensajes contra los judíos y cualquier otro tipo de expresiones antisemitas, aunque entre algunos sectores políticos minoritarios e incluso gobiernos abundan y se fomentan aún esos discursos de odio contra lo judío. En resumen, la desrazón del antisemitismo puede definirse así, a través de una frase habitual en inglés: the dislike of the unlike o rechazo de lo diferente; ahí radica su inhumanidad, precisamente en considerar que no todos somos iguales, y que ello justifica la violencia contra los que son diferentes, siendo el pueblo judío una mera excusa para ponerla en práctica.

Rol suplementario

En psicología social, rol suplementario es aquel que un sujeto concreto asume por disponer de la competencia o habilidad necesaria para desarrollarlo dentro un grupo, de modo que contribuya con éxito a algún objetivo planteado dentro de aquel. De esta forma, puede considerarse la asunción de roles suplementarios como el resultado de la diferenciación funcional en una sociedad, como variante dentro de los procesos de diferenciación social. Por ejemplo, si en un grupo de estudiantes que debe hacer una presentación en público, uno de ellos tiene mejores habilidades de comunicación, será este quien asuma el rol suplementario de presentador o portavoz.

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