La distinción entre verdad universal y verdad particular se encuentra en la base de la filosofía desde su inicios, cuando Sócrates aboga, frente al pensamiento relativista de los sofistas, por la búsqueda de verdades universales como verdades con validez general y eterna. Platón, con su teoría de las ideas, ahonda en la verdad universal como verdad abstracta, eterna e inmutable, que se complementa con el concepto de verdad como episteme o conocimiento universal frente a la doxa u opinión. Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel y otros tantos filósofos interpretan posteriormente la verdad universal como el objeto material de sus filosofías, a través de su reflexión filosófica en relación a conceptos como el bien, la justicia, la belleza, el hombre y Dios.
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