Turismofobia

La turismofobia hace referencia a las actitudes de desprecio, aversión  e incluso agresividad contra los turistas por parte de una población local, provocadas por las consecuencias negativas que provoca el sobreturismo o turismo masificado, como la carestía de precios, precariedad económica, pérdida de identidad y otros inconvenientes como suciedad, ruido y contaminación o la propia masificación. Generalmente no se trata de un fenómeno natural u original, sino que es consecuencia de un conjunto de políticas públicas y actuaciones por parte de agentes económicos de calado que promueven una excesiva turistificación que provoca finalmente una saturación turística. De hecho, más que un conjunto de actitudes de la población local, es un proceso que se inicia generalmente con el optimismo por parte de dicha población en relación a los beneficios que genera el turismo, pero que según va llegando a un nivel de saturación pasa del optimismo a la apatía, de ahí a la indignación, el conflicto y desgradaciamente a veces la resignación ante la inevitabilidad del fenómeno. El término turismofobia se creó en 2008 de la mano de un artículo del antropólogo Manuel Delgado Ruiz (no es casualidad que el neologismo surgiese en España, que no en vano es uno de los países líderes a nivel mundial en recepción de turistas), pero luego se ha extendido a nivel internacional (en inglés se traduce como tourism phobia), donde afrimaba que no ha sido el turismo quién ha borrado la historia y la gente de los centros históricos, sino la gestión de la ciudad como negocio.

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Elitización

Elitización es el proceso por el que un espacio o ámbito social (por ejemplo, un espacio residencial o una institución educativa) queda reservado para las personas de un nivel socioeconómico alto, excluyendo a las personas ajenas de clases más bajas, generando de esta forma un marco de exclusividad, superioridad y prestigio, que refuerza la segregación y las desigualdades sociales.  Una variante de elitización es la gentrificación, cuando un barrio o zona residencial va siendo ocupada por personas, familias y negocios de alto poder adquisitivo, incrementando los precios inmobiliarios y expulsando de esta forma a personas que quieren acceder a esa zona.

Paradigma construccionista (construccionismo social)

El paradigma construccionista, construccionismo social o socioconstruccionismo es un paradigma sociológico según el cual los elementos que conforman la sociedad se van formando a partir de las propias creencias, impresiones y percepciones que construyen los propios sujetos acerca de aquella y las interacciones que se dan entre estos, frente a la idea de que la sociedad y los fenómenos sociales se dan de forma natural o simplemente están ahí. Esta perspectiva o paradigma construccionista fue desarrollada inicialmente por el sociólogo William I. Thomas (1863-1947), miembro de la Escuela de Chicago y es la base sobre la que asientan escuelas sociológicas como la del interaccionismo.

La propia denominación del paradigma recuerda al paradigma constructivista o constructivismo que se toma como base en otras áreas de conocimiento como la psicología y la educación. No en vano, ambas perspectivas comparten una visión en la que el sujeto va construyendo la realidad, en el constructivismo para desarrollar su aprendizaje, y en el construccionismo para dar forma a la sociedad.

Consumo de drogas

El consumo de drogas es la ingesta o aplicación corporal por otras vías (respiratoria, intramuscular, ...) más o menos habitual y de forma consciente y voluntaria de drogas, es decir, de sustancias estimulantes físicas y psicoactivas. El consumo de drogas puede ser experimental, lúdico, social o terapeútico, y a veces deriva en drogadicción, cuando el consumo habitual de drogas provoca dependencia de modo que el individuo se ve impulsado a tomar más y más cantidad de droga. El consumo de drogas ilegales  no es generalmente ilícito, pero sí lo es el tráfico de drogas ilegales, de forma que el consumo de droga, con adicción o no, es el que impulsa el tráfico ilegal de drogas y toda la delincuencia y problemas sociales asociados a él. De esta forma, la lucha contra el consumo de drogas, a nivel personal (decir individualmente siempre no a su consumo) y social, es un factor esencial para solucionar el problema social de las drogas, además de contribuir al bienestar y salud de las personas, sean las drogas ilegales o no, mas allá de su función eventualmente terapeútica.

Hecho diferencial

La expresión hecho diferencial hace referencia, en España, a las características históricas, culturales, políticas, económicas, sociales o geográficas de una comunidad autónoma que permiten a esta recibir un tratamiento específico dentro del encaje estatal frente a otras autonomías.

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