El movimiento antiglobalización, también llamado altermundialismo, es un movimiento social internacional y transversal contra el capitalismo neoliberal, financiero y globalizador imperante desde las últimas décadas del siglo XX, que aboga por una justicia social a nivel global y denuncia la explotación de personas y recursos sin límites y sus consecuencias a nivel planetario en beneficio de los intereses económicos del gran capital. Hay que matizar que el movimiento antiglobalización no es un movimiento en contra de la globalización en sí, sino un movimiento en contra de la globalización como estrategia de dominio y explotación de los intereses del capital. Más concretamente, el movimiento antiglobalización se manifiesta en contra de las desigualdades económicas y sociales, la guerra, la deuda externa de los países en desarrollo, la explotación de recursos naturales por parte de las multinacionales, los problemas medioambientales, el cambio climático, la destrucción de las comunidades locales y las injerencias políticas de las élites, y sus derivadas como la represión política, el aumento de gasto militar y el desgaste de la democracia, cuando no su demolición.
El inicio del movimiento antiglobalización tiene como hito las protestas de Seattle en 1999 contra la celebración de la cumbre de la Organización Mundial del Comercio, y desde entonces ha reunido en su seno a grupos anticapitalistas, ecologistas, feministas, movimientos indigenistas, sindicatos, organizaciones solidarias por el desarrollo y contra la pobreza y movimientos juveniles. Si bien con altibajos, es un movimiento que ha perdurado desde su nacimiento, con varios hitos de movilización, entre los que se puede citar también los movimienos 15M y el movimioento Occupy, en 2011.