Las migraciones o movimientos migratorios son desplazamientos o movimientos de personas, individuales o colectivos, con la objetivo de establecer una nueva residencia, de forma permanente o temporal. Las migraciones pueden ser voluntarias, por razones económicas, para mejorar las condiciones de vida, o forzadas, en busca de refugio, por persecuciones políticas, étnicas, religiosas o de otro tipo, o por catástrofes.
Habitualmente se utilizan estos dos términos para denominar a las migraciones: emigración es la salida de una persona, grupo o población de su país de origen, e inmigración es la llegada de esa persona o grupo a otro lugar. Por ejemplo, la emigración es la salida de una persona de España a Alemania, y la inmigración la llegada de esa persona Alemania. Las personas que migran se denominan migrantes, emigrantes o inmigrantes según salen o llegan a un lugar. No se consideran migraciones el nomadismo, que no establecen residencia en un lugar fijo, ni los viajes turísticos ni las peregrinaciones.
Las migraciones humanas han existido desde que existe el ser humano. Precisamente, el poblamiento humano de la Tierra se ha debido fundamentalmente a las migraciones, cuando hace cien miles de años los primeros seres humanos salieron de África y se asentaron en varios puntos de Eurasia, y de ahí a América. En la actualidad, la migración sigue siendo un fenómeno notable a nivel mundial, con medidas de control en todos lo paises para limitar dichos movimientos. De hecho, la inmigración genera graves problemas sociales en el país de destino, ya que en muchos casos estos países no pueden poner a su alcance las viviendas dignas, los puestos de trabajo y los servicios públicos que necesitan los inmigrantes. Esto hace que la inmigración genere a menudo problemas de pobreza, delincuencia, exclusión e intolerancia. También tiene efectos positivos: con frecuencia, la inmigración permite renovar y rejuvenecer la población en poblaciones envejecidas, y crea diversidad cultural en la sociedad de acogida.