Patrones culturales

Los patrones culturales son conjuntos de comportamientos, creencias, valores, normas y actitudes compartidos y duraderos en el tiempo, transmitidos de generación en generación, que rigen la vida social, el pensamiento, la comunicación y la acción, dentro de un grupo humano, fijados, reforzados y legitimados por la costumbre, su eficacia a la hora de regular el funcionamiento adecuado del grupo o por mecanismos de poder. Los patrones culturales desempeñan además un papel fundamental para delimitar los límites del grupo humano en cuestión  y su relación con otros grupos. De hecho, la compatibilidad o confrontación entre patrones culturales será el aspecto clave que determine la convivencia e integración de diferentes culturas entre sí.

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Aprendizaje cultural

El aprendizaje cultural es el proceso por el cual una persona, inmersa en una cultura, adquiere los comportamientos, costumbres, conocimientos creencias y valores propios de ella. Puede desarrollarse de forma imitativa, instruccional o colaborativa, pero en todo caso la transmisión y la integración de la persona en la cultura son fundamentales. Esta definición pone de manifiesto que el aprendizaje cultural es por un lado un aprendizaje de la cultura y a la vez un aprendizaje a través de la propia cultura.

Choque cultural

El choque cultural hace referencia al fenómeno que se produce cuando una persona o grupo entra en contacto con un entorno cultural diferente al propio, por ejemplo como consecuencia de un viaje de palcer, de trabajo o una migración, y experimenta sensaciones y emociones más o menos intensas bien de admiración, rechazo, miedo, ansiedad, fatiga cognitiva y desorientación social.

El antropólogo Kalervo Oberg planteó en 1954 un modelo para el proceso de choque cultural, en el que detallaba cuatro fases típicas que explicarían el proceso de aculturación del extranjero. La primera fase sería de idilio o euforia y tendría como característica principal la percepción de la nueva cultura como novedosa y enriquecedera, por aportar nuevos puntos de vista al recién llegado, que enfoca sobre todo sus características positivas. En una segunda fase, el extranjero desarrollaría sentimientos de negatividad, en comparación con la cultura propia, como consecuencia de un conocimiento más profundo de la nueva sociedad en la que pretende integrarse. Posteriormente se desarrolarúa una fase de ajuste a la nuerva cultura, que desembocaría en una fase final de aculturación o integración.

Culturación (culturización)

Culturación o culturización es el proceso por el que un individuo o comunidad de individuos adquiere elementos de una cultura concreta. Puede darse de diferentes formas: enculturación, cuando un individuo adquiere los elementos de su cultura propia o natural; aculturación, cuando una comunidad con una cultura propia adquiere elementos de otra cultura; asimilación cultural o aculturación total, cuando una cultura es absorbida por otra cultura dominante; fusión cultural, cuando dos o más culturas unen sus elementos dando lugar a un mestizaje cultural; o transculturación, creación de nuevas culturas a partir de otras y transmisión cultural.

Etnocentrismo

El etnocentrismo es la concepción, tanto consciente como inconsciente, de que la forma de vida, la cultura y los valores de una colectividad son normales, correctos e ideales, clasificando y valorando a los demás colectivos en función de su similitud con esas características e instituciones. De forma simplificada, podría decirse que el etnocentrismo se corresponde con una visión de túnel hacia otras culturas. En las colectividades etnocéntricas se tiende a excluir a otras colectividades, favoreciendo el favoritismo intracomunitario. Las consecuencias del etnocentrismo no se valoran positivamente: desde un punto de vista etnocéntrico las conductas de los individuos de otras colectividades se valoran en función de los valores de la colectividad propia, independientemente de que estas conductas sean o no correctas en su colectivo (ni siquiera universalmente), y también pueden derivar en discriminación, racismo y conflictos étnicos y políticos. Al mismo tiempo, también desarrolla aspectos positivos: la cohesión interna y la cooperación son fuertes en las colectividades etnocéntricas. También puede afectar a la economía cuando se priorizan los productos autóctonos frente a los exteriores. Las perspectivas contrarias al etnocentrismo en la realidad social son el cosmopolitismo y el multiculturalismo, que consideran deseable la multiculturalidad, y el relativismo cultural, a nivel teórico.

El etnocentrismo fue la base de la antropología evolucionista desarrollada en el siglo XIX, según la cual las culturas progresan progresivamente. Con un punto vista opuesto, desde la escuela creada en torno al antropólogo Franz Boas, el etnocentrismo sería contrario a la antropología, ya que entraría en contradicción con el principio antropológico del relativismo cultural. Los antropólogos físicos, por su parte, destacan la aportación del etnocentrismo en la evolución cultural, ya que favorecería la cooperación intragrupo. En todo caso, las tendencias antropológicas modernas, en general, son contrarias a la perspectiva etnocéntrica.

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