Un pueblo indígena o población indígena (del latín inde eta -gena, literalmente "nativo") es un pueblo o etnia que ha vivido en un territorio desde hace mucho tiempo, con una culturas o algunos elementos culturales propios (lengua, costumbres, modo de vida, instituciones,...), con conciencia o identificación cultural más o menos marcada, y que ha sido sojuzgado o dominado a lo largo de la historia o en la actualidad, generalmente a través del colonialismo. Un ejemplo paradigmático de pueblo indígena lo constituyen los pueblos amerindios, dominados por los colonizadores blancos (por cierto, observemos que la palabra indio no tiene nada que ver con la palabra indígena). Sin embargo, en Europa también hay pueblos indígenas, como el pueblo sami, en el norte de Escandinavia y los vascos.
Cultura popular
La cultura popular es el conjunto de normas, valores, creencias, costumbres, discrusos y otras actividades y prácticas propias de un grupo humano o sociedad que tienen como origen y ámbito de desarrollo el pueblo (populus, en latín; de ahí popular), como ámbito de relaciones cercanas, espontáneas, no institucionalizadas ni organizadas formalmente y con un desarrollo generalmente local o marginal, frente a la cultura oficial e institucionalizada, la alta cultura y la cultura académica. Cuando una cultura popular se asienta en una tradición, toma el nombre de folklore.
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Acto conyugal
En la religión católica, el acto conyugal o cópula conyugal es el término específico para referirse a la unión de los cuerpos de los esposos, la cópula, en tanto acto en que los cónyuges expresan todo su amor dentro de la relación matrimonial.
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Choque cultural
El choque cultural hace referencia al fenómeno que se produce cuando una persona o grupo entra en contacto con un entorno cultural diferente al propio, por ejemplo como consecuencia de un viaje de palcer, de trabajo o una migración, y experimenta sensaciones y emociones más o menos intensas bien de admiración, rechazo, miedo, ansiedad, fatiga cognitiva y desorientación social.
El antropólogo Kalervo Oberg planteó en 1954 un modelo para el proceso de choque cultural, en el que detallaba cuatro fases típicas que explicarían el proceso de aculturación del extranjero. La primera fase sería de idilio o euforia y tendría como característica principal la percepción de la nueva cultura como novedosa y enriquecedera, por aportar nuevos puntos de vista al recién llegado, que enfoca sobre todo sus características positivas. En una segunda fase, el extranjero desarrollaría sentimientos de negatividad, en comparación con la cultura propia, como consecuencia de un conocimiento más profundo de la nueva sociedad en la que pretende integrarse. Posteriormente se desarrolarúa una fase de ajuste a la nuerva cultura, que desembocaría en una fase final de aculturación o integración.
Temposensitividad
Como término acuñado desde la antropología, la temposensitividad recoge las formas de concepción y percepción del tiempo en una grupo o cultura determinada y su correlación tanto con los sentimientos individuales de los sujetos como con los elementos culturales del grupo. El término fue acuñado por Alberto del Campo Tejedor en su trabjo de 2006 "Mal tiempo, tiempo maligno, tiempo de subversión ritual. La temposensitividad agrofestiva invernal" y se ha utilizado desde entoces en diversos trabajos de antropología cultural sobre todo en el espacio de las celebraciones y fiestas, tomando estas como hitos temporales dentro una temposensitividad concreta.