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Zalacaín el Aventurero, Pío Baroja: resumen por capítulos

Prólogo: Cómo era la villa de Urbía en el siglo XIX

Una muralla rodea a la villa de Urbía. Dentro de ella las casas decrépitas se agrupan en torno a dos calles en cuesta que se unen en una plaza, a los pies de una colina donde se alza un castillo. Es la parte vieja o lo que allí llaman la calle. Mas allá de las murallas hay una parte nueva, más limpia, donde encuentra la casa de Ohando. La vida es tranquila en Urbía y el mayor acontecimiento es la misa de domingo, y el domingo por la tarde la música del pito y tamboril.

LIBRO PRIMERO: LA INFANCIA DE ZALACAIN

Capítulo I: Como vivió y se educó Martín Zalacaín

En lo que hoy es un viejo caserío en ruinas nació Martín Zalacaín, a unos pasos de la villa de Urbía, pero fuera de ella. Sus padres eran oscuros labradores. Muerto el padre, la madre se hizo cargo de Martín y su hermana pequeña Ignacia. A diferencia de sus padres, Zalacaín no es un chico oscuro y tímido, sino audaz y temerario. No va a la escuela, no le interesa en absoluto y además no es amigo de los chicos que van a ella, que lo consideran un adrajoso que además no es del pueblo.  Mas bién, los odia, y asi llega a capitanear las batallas a pedradas de los chavales de extramuros (fuera de la muralla) contra los chavales de la villa. Al no ir a la escuela, vagabundea todo el día por el pueblo, que conoce a la perfección, sabiendo además donde procurarse de todo lo que necesitaba para comer. Un día se encuentra con Carlos Ohando, el hijo de los Ohando, dueño del caserío donde vive Martín, y aquel le llama ladrón de peras. Indignado, Martín arremete contra el, y se enzarzan en una pelea de la que Martín sale victorioso, aunque al final un hombre les tiene que separar. La madre de Zalacaín trata infructuosamente de que Martín pida perdón, y finalmente es ella la que tiene que dar excusas. A partir de ahí, mirará a Martín con disgusto y resignación.

Capítulo II: Donde se habla del viejo cínico Miguel de Tellagorri

La madre de Martín solía mandarle a por sidra a la taberna de Arcale, donde solía estar el viejo Tellagorri, su tío abuelo. Le avisaba de que no hablara con él. La taberna es su centro de operaciones. Vivía de variados trabajos y trapicheos, capaz de pegar un tiro a quien se le pusiera por delante, pero en el fondo buen amigo. Tellagorri tiene un perro de nombre Marqués, de carácter independiente como su dueño. Tenía un huerto por donde la muralla, desde el que aprovechada para robar en el resto de huertas. Los chicos del pueblo se burlan cariñosamente de él con una canción en la que le llaman bebedor. Odia a los curas y más que a ellos respeta a los perros. Tellagorri se convierte el protector de Martín despues de saber que le dió una paliza a Carlos Ohando y le enseña toda sus sabiduría, todos los rincones del pueblo  y alrededores, com procurarse truchas del río Ibaya que atraviesa el pueblo. Le hace nadar con valentía en el río y correr por los montes. Varias noches le lleva al cementerio y le pide que espere ahí un momento. Pasado un largo tiempo volvía Tellagorri, preguntando si habñia pasado miedo, Martín, que no, y Tellagorri alaba su firmeza.

Capítulo III: La reunión de la posada de Arcale

La taberna y posada de Arcale era lugar de reunión de algunos campesinos y vecinos de la calle. El patrón de la taberna, tambiñen de nombre Arcale, es un hombre gordo y activo, vivo para los negocios, y que anda simepre chillando a los demás.

La tertulia habitual en la taberna era entre Tellagorri y Pichía, dos personajes totalmente diferentes. Tellagorri, flaco, pobre, siempre vestido de oscuro y liberal; Pichía, gordo, rico, siempre de claro y carlista. Aún así son buenos amigos. La crítica al clero es frecuente en Tellagorri, y Pichía le deja decir, aún siendo el traidcionalista. Sus tertulias son por lo demás graciosas, además de cambiar los dos la p por la f, como se suele hacer en vascuence, Tellagorri tiene una gracia natural en todo lo que dice, cuando pasa una buena moza por delante de la taberna por ejemplo, y eso sin parecer nunca ordinario. Tambiénm es hombre de refranes y canciones, a menudo de temas políticos, sobre el conflicto entre carlistas y liberales.

Capítulo IV: Que se refiere a la noble casa de Ohando

La casa de Ohando se encuentra en la entrada del pueblo nuevo, al lado de la carretera, y por tanto  fuera de las murallas. Los Ohando fueron los únicos nobles durante mucho tiempo, pero sus riquezas disminuyeron y la llegada de otras familias ricas les dejo en un segundo nivel. Aún así, viven en una espléndida casa, con escudo de la familia, y con jardines y caseríos y tierras alrededor.

La familia Ohando se compone de Ägueda, la madre, mujer de débil y obsesivo carácter, y de sus hijos Carlos y Catalina. Carlos odia con todas sus fuerzas a Martín, sobre todo despuñes de la paliza recibida. Catalina, en cambio, es una niña alegre y bonita, todas las niñas del pueblo quieren andar con ella. A pesar de los comentarios de la madre, y de que Carlos le ha dicho que no hable con Martín, Catalina se encuentra a veces con Martín en los confines de los jardines de casa y habla con el despreocupadamente, aunque le parezca algo loco.

Catalina suele ir al cementerio los sábados con otras niñas a limpiar las lápidas y poner flores. Marín y Tellagorri observan la escena, y Tellagorri dice le dice a Martín, que se casará con ella, si no es tonto.

Capítulo V: De cómo murió Martín López de Zalacaín, en 1412

Fermin Soraberri, durante años secretario del ayuntamiento, contador de historias y a la vez olvidadizo, ve a Tellagorri con Martin y le pregunta por su nombre. Sorabilla dice que debe ser descendiente de una familia de hidalgos que ya en la Edad Media estuvo enemistada con los Ohando. Quedan para otro dia en su casa, y lee la crónica de lo sucedido a Tellagorri en su casa. Los Zalacain mataron al llamado señor de San Pedro de Ohando, en una lucha por quien era mas, y posteriormente casaron a la hija de este con Martin Lopez de Zalacain. Para vengar la muerte de su tio, un sobrino de San Pedro desafia a Martin, pero durante el desafio se le prepara una trampa y un amigo de San Pedro hirie con una flecha de muerte a Martin. Concluida la crónica, Tellagorri asiente y dice que los Ohando siempre han sido gente falsa.

Capítulo VI: De como llegaron unos titiriteros y de lo que sucedió despues

Una caravana de titiriteros llega a Urbía, con fieras, domador y saltimbanquis. Martín siente una gran curiosidad por el grupo. En este, el domador es especialmente repulsivo, y en general todos son pobres y desgraciados. Participan en el espectáculo unas fieras, un oso y un león. Montan el espectáculo, y el jefe, un viejo del grupo, llama a los vecinos con un cuerno, recorre con su tropa el pueblo y dan noticia del espectáculo. Martín logra ver el espectáculo por una rendija pero enseguida se le acerca una niña del circo, que le deja entar si Martín le trae las cerezas que le ha prometido. Se llama Linda. Dentro del circo, Martín ve el espectáculo de los perros que atacan al oso, que está atado. Martin le echa en cara al domador como trata al oso, y concluido el espectáculo va directo a el, Martin se escapa, pero al final lo paga con Linda, sabiendo que ha sido ella quien lo ha metido. Linda dice que lo metió a cambio de cerezas, tras lo cual el domador se tranquiliza y dice que le dejará entrar cuantas veces quiera. Un dia, Martín fue con su madre a ver el espectáculo del león y la mujer en una jaula. Como el león no obedece, pega al león pero este consigue desde la jaula herirle de gravedad. Alguien dispara al león y el público sale despavorido, provocando algunos heridos, entre ellos a la madre de Martín, que fallece a los pocos dias.

Capítulo VII: Como Tellagorri supo proteger a los suyos

Tellagorri se hace cargo de los huerfanos Martín e Ignacia. La señora de Ohando ve la adopción con malos ojos, opina que los niños deben tener una educación acorde a las buenas costumbres. Tanto Ignacia como Martín, ya con 16 años, entran a trabajar para Arcale, Ignacia de niñera en la posada, y Martín de cochero en la diligencia. Martín trae telas y otros objetos para Catalina y su madre desde Francia. Ya habla francés, viste bien, es un buen jugador de pelota. En Irati les acometen unos jabalíes y a golpes Zalacaín mata dos de ellos. En el pueblo es recibido como un héroe. En las celebraciones, Tellagorri bebe demasiado y se pone malo, enfermo aún sigue bebiendo, pese a la recomendacion de los médicos. Agonizante, recomienda a Martín que se dedique al comercio, le dice para ello donde tiene unas monedas de oro, le dice que se case con Catalina de Ohando, que a su hijo le de su mismo nombre, Miguel, que vigile a Ignacia y la lleve a Ohando. Termina diciéndo: firmes.

Capítulo VIII: Como aumentó el odio entre Martín Zalacaín y Carlos Ohando

Martín suele visitar a su hermana coqueta a Ohando, y de paso visita a Catalina y su madre Águeda. Carlos Ohando llega de la universidad de Oñate, y Martín deja de hacer visitas, claro. El odio lleva a Carlos y sus amigos a organizar un desafío de pelota entre el llamado Cacho, pelotari pequeño y furioso, y Zalacaín, con juego más tranquilo. Juegan a parejas, cada uno con un zaguero. Se apuesta mucho dinero. Comienzan ganando el Cacho y su compañero, pero Zalacaín y su compañero Bautista Urbide dan la vuelta al partido y ganan. Carlos Ohando le propone un desafío individual, no por parejas, con Cacho, pero Martín se niega.

Una criada de Ohando informa a Martín que su hermana Ignacia coquetea con Carlos de Ohando. Martín se enfurece pero logra controlarse y propone a Bautista casarse con su hermana. Bautista acepta y Martín se lo propone a Ignacia, diciéndole que Carlos solo la quiere para deshonrarla a ella y a él mismo. Martín le promete un buen dinero si se casa con su amigo. En un baile se juntan Ignacia y Bautista, y Carlos ofendido la insulta. Ignacia se da cuenta de la falsedad de Carlos y se casa con Bautista, y van a vivir a Zaro, un pueblo del País Vasco francés.

Capítulo IX: Como intentó vengarse Carlos de Martín Zalacaín

Carlos de Ohando no podía soportar la humillación que supuso para él el desprecio de Ignacia, tanto más cuanto Ignacia pertenecía a una clase inferior. Su odio se hizo más fuerte aún contra Martín. Una noche vió como Martín se veía a escondidas con su hermana en el jardín de casa. Enfermo de cólera, ve en ello una excusa para atentar contra Martín. Durante la siguiente visita nocturna, dispara a Martín pero este logra escapar herido. Furioso, cuenta lo sucedido a doña Agueda. Catalina y Carlos se enemistan definitivamente, y la madre vuelve a enviar a Carlos a Oñate, mientras vigila a su hija.

LIBRO SEGUNDO: ANDANZAS Y CORRERIAS

Capitulo I: En el que se habla de los preludios de la última guerra carlista

Le va bien en la vida a Martín. Ademas de su talento natural, tiene también suerte. Se dedica ahora al contrabando, trayendo caballos de Francia. Le ayuda Capistun el Americano, un gascón, y utilizan a veces para descansar la casa de Bautista. Conocen a la perfección los pasos y caminos fronterizos, y dismulan con pericia las mercancías. Sus andanzas son peligrosas, pero Martín se mantiene siempre audaz y firme, como le dijo Tellagorri, pero a la vez prudente.

Empieza a simpatizar con el liberalismo, la ideología opuesta al carlismo, que Martín considera atrasado y fanático. A pesar de ello, sus productos de contrabando son sobre todo para los carlistas, que van preparandose para la guerra, como se ve en las canciones de moda en los pueblos. Un día llega a Vera para visitar a Catalina, que tenía alli una casa alquilada con su madre, y sus amigos Capistun y Bautista ven a Don Carlos, el pretendiente al trono. La guerra ha empezado.

Capitulo II: Como Martín, Bautista y Capistun pasaron una noche en el monte

Una noche de invierno, cargadas las mulas con fardos, los tres amigos se ven obligados a parar en una borda abandonada en el monte Larrun. Hablan de la guerra: los liberales estan mal organizados, y los carlistas avanzan. Enumeran la lista de amigos aliados con los carlistas, vascos, que prefieren lo viejo a lo nuevo. También hay muchos franceses que apoyan a don Carlos. Capistun añora la paz, pero Martín y Bautista prefieren la guerra, porque aman la acción y tienen alma de héroes. Capistun replica que quieren la guerra para robar y hacer negocio. Capistun comienza a cantar canciones en gascón, y Bautista sigue en euskera. Al amanecer llegan a Vera, y se enteran de que ha entrado la partida del cura Santa Cruz. Martín visita a Catalina, que le dice que su madre está muy enferma, que su hermano se ha unido a los carlistas y a que a ella la van a ingresar en un convento. La madre oye sus voces y Martín tiene que despedirse precipitadamente. En Vera, ve que a Bautista le han obligado bajo amenazas a unirse a la partida del cura. Martín piensa en defenderle, pero como se ve rodeado por carlistas, comunica a Bautista en euskera que lo mejor es unirse, y asi se lo comunican a los carlistas, a los que dicen que son franceses. El jefe es Luschía, un aldeano. Traen a dos presuntos traidores, a los que castigan a golpen sin piedad delante de Martín.

Capítulo III: De algunos hombres decididos que formaban parte de la partida del Cura

Luschía da la orden de marchar hacia Gipuzkoa. Lleva a Bautista y Martín separados en dos grupos, porque no se fía del todo de ellos. Luschía es alto y enjuto, jovial, pero ya ha demostrado su crueldad con los prisioneros. Sus lugartenientes son Praschcu, Belcha y el Corneta de Lasala: Praschcu, mocetón comilón y bebedor, Belcha, pequeño y moreno, Corneta de Lasala, capataz que usaba la corneta para dar ordenes. En dos dias, llegan a Andoain, donde son presentados al Cura, que está con un cabecilla llamado el Jabonero, alojado en una venta. El Cura no hace caso a sus saludos, está leyendo. Todo está preparado para infundir miedo a Martín y Bautista. El Cura va con boina negra, tiene un aspecto siniestro. Formó la partida despues de lograr huir cuando iban a prenderle. El Cura les interroga al final, quienes son, de donde vienen, y para quien trabajan. Martín responde que trabajan para los carlistas y que traian armas, que tienen escondidas. Finalmente, el Jabonero, hombre amable, les acompaña y les lleva a comer. Mientras comen llega un vendedor de canciones, de nombre Ipintza el loco, con el que se divierten un rato, riéndose de él y de sus canciones. Otro comensal, Dantchari el Estudiante empieza a echar versos con Bautista, en competición. Finalmente cantan una canción de Vilinch a dúo, comprada a Ipintza. Van a acostarse, y Martín avisa a Bautista que tienen que escaparse a la menor oportunidad.

Capítulo IV: Historia casi inverosímil de Joshé Cracasch

Los dias siguientes llueve y permanecen alrededor de la venta. Conocen a un muchacho triste de Tolosa, de nombre José Cacochipi, conocido con el apodo de Cracasch (Manchas, en euskera). Dantchari el Estudiante les cuenta su historia. Cuenta que ha sido un chico desde siempre aficionado a la música, y tan centrado estaba en ella, que iba siempre sucio, y de ahñi el apodo. Un señor rico de Tolosa le contrató com profesor de música para su hijo, y de ahñi conoca tambiñen a su hija de la que se enamora. Pero es muy torpe en las relaciones, y hace continuamente comentarios indiscretos. En la casa empiezan a poner caras serias por su actitud ridícula (que Dantchari cuenta con todo lujo de detalles, y que no dejan de tener gracia) y Cracasch resuelve disfrazarse de muijer delante de ellos a la salida de misa, tras lo cual el padre prescinde definitivamente de sus clases. Sigue enamorado de su hija. En Tolosa todos se ríen de él. Un día, para burlarse de él, un jovén del pueblo escribe en nombre de Cracasch una carta a su enamorada, sin su permiso. La chica no cae en el engaño, se compadece de Cracasch y le dice que pase por su casa para hablar. Así lo hace Cracasch pero este se queda casi mudo delante de la chica. Triste, sale de Tolosa andando por los pueblos aledaños hasta que se encuentra con la partida del Cura, que le obliga a unirse a ellos.

Capítulo V: Cómo la partida del Cura detuvo la diligencia cerca de Andoaín

Los carlistas deciden parar la diligencia que va de San Sebastián a Tolosa. Se dispersan en el camino para vigilar la llegada de la diligencia. Controlan a Martín y Bautista , porque no se fían de ellos. En la diligencia van entre otros un cura y una señorita joven con su madre, y un francés. Les hacen bajar de malas maneras. Las mujeres tienen miedo. Martín dice a Bautista que se prepare porque van a escapar. El francés les oye y les va ayudar. Golpean a sus vigilantes, les quitan las armas. Salen corriendo, con las mujeres, el francés y José Cracasch. Cracasch, y luego Bautista porque no se fían de él, van a Hernani a pedir ayuda. La señorita, el francés y Martín hacen frente con las armas a los carlistas y les hacen retroceder, tras herir a algunos de ellos.  Aprovechan para salir corriendo, con la madre de la hija. Se acercan de nuevo los carlistas y les van rodeando, les gritan que se rindan. Martín se niega y es herido en una pierna, se desmaya. Una compañia de miqueletes llega de Hernani y hace retroceder a los carlistas.

Capítulo VI: Cómo cuidó la señorita de Briones a Martín Zalacaín

Martín se despierta tras pasar varios dias inconsciente, dolorido y débil. Le cuida la señorita de la diligencia. Está seguro en Hernani. Recibe la visita del médico que dice que va recuperándose. Bautista le visita y se ufana de la primera aventura bélica que han tenido. Martín halaga los ojos de la señorita y pregunta su nombre a lo que ella responde Rosa Briones. Martín se recupera rápido gracias a Rosa, y las lecturas que le hace, y su madre Pepita. Son de Logroño y habían venido a buscar al hijo de Pepita, lo que resultó ser una noticia falsa. Pepita defiende a los carlistas pero sus ideas son algo fantasiosas. Rosa pregunta a Martín sobre Catalina, ya que mencionaba ese nombre en sus delirios. Martín le dice que es su novia, pero haaga a Rosa diciñendole que ella tiene ojos más bonitos, ante lo cual Rosa se ruboriza. Martín les acompaña a San Sebastián, donde se despiden. Martín parte a Francia.

Capítulo VII: Cómo Martín Zalacaín buscó nuevas aventuras

Martín está en una taberna con Bautista, Capistun  y el viejo Ospitalech. La guerra se acaba, comentan, y por tanto los negocios de contrabando tambien. Bautista y Capistun están contentos, han ganado mucho, pero no así Martín y Ospitalech. Ospitalech sabe de un negocio de mucho dinero: se trata de que varios generales carlistas firmen unas letras u obligaciones. De todo lo firmado se cobraría por comisión el 20%. Martín acepta y al día siguiente van a Bayona a ver al que ofrece ese trabajo. Martín exije que todo sea por escrito dado el riesgo de la operación. Bautista le advierte de ese riesgo, que si le pillan le matan, pero al final va con él.

Cogen un barco francés a Zumaia. De ahí van en caballo hacia Azpeitia, de ahí a Tolosa, y luego a Amézketa.

Capítulo VIII: Varias anécdotas de Fernando de Amézqueta  y llegada a Estella

Martín y Bautista llegan a Amézqueta y entran en la posada. Un campesino hace aspavientos como de espantar moscas al entrar otros dos amezquetanos, y extrañados, les explican  que a los de Amézqueta les apodan moscas y por eso hace esos aspavientos. El mismo campesino empieza a contar historias, pero confiesa que  el mejor contador de historias (y protagonista de ellas) es Pernando (sic). Cuenta como una vez en casa del cura viendo que le daban una trucha pequeña, empezo a hablar con ella, preguntandole en voz baja si sabía algo de sus parientes en América, y al final cuenta al ama de llaves, que le ha dicho que ella no sabe nada, pero que la trucha grande que tiene en la despensa si que sabrá, para que se la traiga. Otra vez, en Idiazabal, pide las sobras en una posada y para hacerse con la mejor comida, dice a los comensales que el carnero y la liebre que están comiendo son en realidad perro y gato; los comensales dejan la comida y se queda todo para Pernando. En Tolosa, por otra parte, ocurrió que un zapatero rico viejo le quitó su novia, para deshacer la boda Pernando cuenta a al novia que el zapatero huele muy mal, cuando la chica va a la zapatería, desde una habitacion contigua insufla con un fuelle el olor a pieles podridas, la chica da por cierto lo dicho por Pernando y abandona al zapatero por oler a muerto; Pernando llega a repetir la maniobra con otras chicas cortejadas por el zapatero.

En el camino a Ataún, conocen a otro chico que les cuenta la historia de un señorito carlista que se enrola a las filas carlistas pero pidiendo un puesto de oficina al general Dorronsoro, a lo que Dorronsoro accede pero teniendo que pagar una cantidad importante al dia, para hacerle desistir de sus intenciones. En Etxari Aranaz les cuentan la historia de Teodosio de Goñi, que tras matar a su padre y su madre, se fue de penitencia con una cadena y cuando un dragón fue a devorale, San Miguel se le apareció para romper las cadenas. Contando la historia, se encuentran de nuevo con el extrajero al que liberaron del Cura Santa Cruz. El también va a Estella, les cuenta que es periodista y se ofrece a ir con ellos. Llegan a Estella, enseñan la documentación y les dejan entrar.

Capítulo IX: Cómo Martín y el extrajero pasearon de noche por Estella, y de lo que hablaron

No hay poada disponible y tiene que dormir Bautista en una posada y Martín en la cuadra de otra posada. Martín abre el sobre de cartas y se pregunta sobre la prudencia de entregarlas sin garantía. Pregunta por el general y le llevan a su presencia. Martín explica que trae unos títulos de Levi-Alvárez, de Bayona. El general le interroga sobre los títulos y sobre su persona y le deja ir, haciéndole creer que es un comerciante francés. Se encuentra con el periodista y van a cenar. Se encuentran allñi con un hombre bajito, fanático, repulsivo  y lleno de odio hacia los liberales. El odio también se respiraba en toda la taberna. Salen de la taberna y oyen una jota, Martín las odia. El periodista ríe y dice que va a incluir a Martín en sus cronicas. Un vigilante lesp ra e interroga. Les propone ir a jugar a cartas. Pero Martín también odia eso. El extranjero dice que tanto la jota como el juego son muy españoles, pero Martín replica que él es del monte.

Capítulo X: Cómo transcurrió el segundo día en Estella

Se encuentra Martín con Bautista en la plaza, pero Martín decide que es mejor que no les vean juntos. Bautista le pasa un papel donde dice que el Cacho, el amigo pelotari de Ohando, al que venció Martín, está de sargento, así que cuidado. Se encuentra con el periodista y dan una vuelta por Estella, comentando cosas del pueblo. Una vieja les interpela, a ver si son carlistas. La dejan y se preguntan por Don Carlos, el pretendiente al trono español que defienden los carlistas. El periodista le conoce y dice que no es un hombre de talento y que los carlistas tampoco le tienen tanto respeto. Vuelven a la taberna de la noche y se encuentran allí con el conde haussonville, un comilón. Tiene una conversación graciosa con su criado Asensio, por el acento francés que tiene Hausonville y lo vulgar que habla Asensio. Haussonville detesta España por el poder de los curas, y por la poca comida que hay.

Capítulo XI: Cómo los acontecimientos se enredaron, hasta el punto de que Martín durmió el tercer día de Estella en la cárcel

El tercer día por la noche recibe una carta del general para recoger las letras  firmadas. Va a la cama pero oye unos lamentos de un herido, cuando se acerca a él para ofrecerle ayuda ve que es Carlos Ohando. Ohando le reconoce y grita que le atrapen. Pero la patrona piensa que está delirando. Va al encuentro del general y ve a Don Carlos, con su mujer. El general le dice que arrodille y le de honores pero Martín no hace caso. Coge las letras y se va. Se encuentra con Bautista y le da las letras. Le dice que Ohando y el Cacho están en Estella. Bautista le confiesa que Catalina también está en Estella , en un convento. Va hacia allí y al final la ve en una ventana y ella le reconoce. Le lanza un mensaje para quedar a hablar a escnodidas. Se juntan y Martín le dice que se va escapar de Estella y a ver si ella va a venir. Catalina acepta. Quedan en escaparse en dos dias. Va contento a su casa silbando pero un vigilante le pilla y solo por silbar le manda a la cárcel.

Capítulo XII: En que los acontecimientos marchan al galope

Martín pide un colchón al alcaide de la cárcel para dormir. Se lo trae tras previo pago. Le cuenta que etsá ahí sólo por silbar. Al despertar, pregunta al carcelero por sus situación, pide comida. Piensa en cómo escapar. Ve varias posibilidades. sobornar al alcaide de la caŕcel, la ayuda de Bautista. Finalmente, opta por intentar romper la reja de la celda. Con paciencia logra arrancar un barrote del marco de la ventana, y lo vuelve a disimular. Le traen la cena, pro enseguida se pone a fabricar una cuerda con tiras. Hace un bulto con forma humana en la cama. Sale por la reja y salta a la calle. Dos guardas con fusiles le siguen por la calle por su actitud sospechosa. Se refugia en una casa. A la mañana baja las escaleras y encuentra un uniforme carlista, se lo pone. Sale en busca de Bautista. Cuando le ve, le apremia para que consiga un coche y salir a escape. Escribe una carta para Catalina, haciendose pasar por su hermano, diciendo que está herido y que necesita verle.  Espera hasta que Bautista trae un coche, van al convento de Catalina, Bautista no las tiene todas consigo. Martín entra y pregunta por Catalina para entregar la carta. Catalina lee la carta, entiende la situación. La madre superiora estña presente, Martín dice que Carlos está en el camino de Logroño, y se ofrece por desgracia a ir con Catalina. El demandadero o recadista del convento también va con elos. En el camino, la madre superiora empieza a sospechar  y exige bajarse pero Martín se niega. La superiora entiende la trampa de Martín y Catalina. Cambian de cabalos en una posada, a regañadientes del posadero  y gracias a una muchacha. Martín la besa y corteja en borma. Llegan a un control. Les interrogan, se hacen pasar por carlistas (Martín lleva el uniforme). Pero la superiora los delata; Martín y Bautista forcejean, Martín es herido pero consiguen salir al galope. LLueve y deciden ir más despacio, pero les persiguen y tienen que volver a ir a gran velocidad. De noche ya y a toda velocidad, se inica un tiroteo. Martín responde con tiros de fusil. Amanece y la persecución ha cesado. Martín abronca al demandadero por ser tan miedoso. Bautista se esfuerza y hace  que los caballos vayan rápidos, pero de pronto tropieza el carro con una piedra y se suelta una rueda. Martín toma en brazos a Catalina, no tiene nada. Llegan a Viana, en manos de los liberales, y al ver el uniforme de carlista de Martín, les detienen. Están llenos de barro. Los liberales están contentos porque creen haber detenido a un general carlista, pero es Martín.

Capítulo XIII: Cómo llegaron a Logroño y lo que les ocurrió

Los liberales les atienden pero quieren verificar su identidad en Logroño. Un militar liberal andaluz seduce a la madre superiora. En Logroño un general les pide pruebas de su identidad, tras contar Martín sus aventuras. Martín se acuerda de Rosita briones y su hermano, que son de allí. Viene el hermano de Rosita, capitán liberal. Reconoce a Martín, tras lo cual les dejan libres. Martín es invitado a casa de los Briones acenar. Rosa y su madre Pepita reciben con afecto a Martín. Rosita canta y toca la guitarra para Martín, con emoción amorosa hacia Martín, que se olvida de Catalina. Sale ya de noche y busca a Catalina. Un hombre sale a su encuentro y le dice que una amiga de su infancia quiere verle. Le conduce a una lujosa casa y allí ve a una dama que no conoce. Es Linda, a la que Martín reconoce con dificultad. Se cuentan sus vidas. Linda va a casarse con un hombre rico, que además es marqués. Martín está cansado, herido todavía, y pasa la noche allí. Al día siguiente sigue descansando pero manda a buscar a Bautista. Pero no encuentran a Bautista ni a Catalina en ningíun sitio.

Capítulo XIV: Cómo Zalacaín y Bautista Urbide tomaron, los dos solos, la ciudad de Laguardia, ocupada por los carlistas

Martín se siente culpable de abandonar a Catalina y haber estado en casa de Linda. Al cabo de varios dias se encuentra con Bautista en las calles de Logroño. Bautista cuenta que estuvo descansando el día de la cena con los Briones, y que al día siguiente Catalina  y la monja se habían marchado. No sabe donde están. Investigan y finalmente les dicen que las dos se fueron a Laguardia. Pero Laguardia esta sitiada. Indagan en los pueblos de alrededor. Nada. Quieren entrar en Laguardia, en manos aún de los carlistas. La ciudad está amurallada. Se encuentran con las troas liberales, con Briones. Martín se enfada con un teniente por hacer comentarios jocosos sobre los vascos. Brioens ordena su arresto. Para dejar clara la audacia de los vascos, asegura que tomará solo Laguardia con Bautista. De noche, trepan con una cuerda la muralla de la ciudad. la ciudad parece abandonada. Cuelgan un pañuelo blanco de rendición. Salen por el mismo sitio por donde entraron, pero les dan el alto, les disparan y tienen que salir corriendo campo a través. El pañuelo blanco sigue y los liberales reciben a Martín y Bautista como héroes. Los carlistas abandonan Laguardia al día siguiente. Martín y Bautista preguntan por Catalina. No la encuentran.

LIBRO TERCERO: LAS ULTIMAS AVENTURAS

Capítulo I: Los recién casados están contentos

Martín recibe una carta de Ignacia: Catalina está con ella en Zaro (País Vasco francés) y está dispuesta a reconciliarse con él, tras cenar con los Briones y pasar la noche en casa de Linda. Martín y Bautista van a Zaro y se prepara la boda. En el pueblo reina un ambiente de paz, contrasta con la guerra en España.

La boda es emotiva. Tras la luna de miel, Martñin sigue con sus negocios, de Francia a España y vuelta. Catalina le reprocha que se expone demasiado. Tienen un hijo, al que llaman José Miguel, como dijo Tellagorri.

Capítulo II: En el cual se inicia la "Deshecha"

La monarquía liberal se proclama en España y el carlismo se desinfla. Pierden batalla tras batalla. Los liberales van ganando adeptos, incluso en las filas carlistas. Para los carlistas es la "Deshecha". Martín va a Urbía y se encuentra su pueblo abandonado. Va  a su casa, ve a un hombre escribiendo, es el periodista. Martín cuenta la historia de su huida. Se cuentan noticias de conocidos carlistas: Haussonville ha sido fusilado, el Jabonero también. Se despiden, pero seguros de que se volveran a ver.

Capítulo III: En donde Martín comienza a trabajar por la gloria

Un general liberal intenta una maniobra contra los carlistas, pero fracasa. Sus tropas estñan en situaciñon precaria, y pide ayuda a Francia. Martín y Bautista acuden con sus carros a la frontera. Catalina va con Martín y pregunta por su hermano. Sin noticias. Se encuentran con Briones, el hermano de Rosita. El general quiere hablar con Martín. Va a Elizondo. El general quiere ir con sus tropas por Peña Plata. Pregunta a Martín por sus ideas. Martín dice que ha trabajado para carlistas, pero que es liberla en el fondo. Si le ayuda,  el general le promete que le hará alcalde de Urbía. Catalina le ruega que no suba a Peña Plata, tiene miedo. Martín dice que debe ir, ha dado su palabra, y eso es sagrado. Despide a su mujer  y a su niño y va a Elizondo.

Capítulo IV: La batalla cerca del monte Aquelarre

Van por camino difícil la tropas. El comandante Briones alaba la ambición de Martín. Martín dice que siempre buscará la aventuras, superar obstáculos. Dide que es como un salvaje. Le gusta que el mundo se mueva. Martín le aconseja devidir las tropas, los carlistas están al acecho. Oyen una voz que canta. ¿Serán las brujas? Martín dice que están cerca del prado Aquelarre, prado del cabrón de las brujas. Pero al final eran unos niños cantando. Suenan los primeros tiros y la batalla es encarnizada: al final los carlistas se retiran hacia Francia. Hay muchos muertos y heridos.

Capítulo V: Donde la historia moderna repite el hecho de la historia antigua

Martín y Catalina van a Saint Jean Pied de Port. El ejército carlista se retira de España. Los comerciantes compran sus caballos y aparejos a precio de saldo. Martín se indigna por ello. Van a la frontera y pasan a Valcarlos, ya en Navarra. El paisaje es desolador, todo humeando, ven un muerto. Una sorpresa: se encuentran con el periodista. Ven a Carlos de Ohando y el Cacho. Carlos escupe a su hermana en la cara cuando va a abrazarle. Martín se le echa encima a Carlos y le exige perdón. Carlos se niega. Martín le arrastra, Carlos grita y el Cacho dispara a Martín. Martín solo puede decir adiós a su esposa.

También hace 500 años mató Veñche de Micolalde a otro Zalacaín. El funeral es emotivo y multitudinario. Carlos de Ohando ingresa en los jesuitas. Al Cacho le cortan una pierna. Catalina va a vivir a Zaro, con Ignacia y Bautista.

Capítulo VI: Las tres rosas del cementerio de Zaro

Se describe con detalle el bucólico y silencioso pueblo de Zaro. Allí está la tumba de Zalacaín, muerto a los 24 años en 1876. Una tarde de verano, muchos años más tarde, tres ancianas fueron juntas al cementerio: Linda puso una rosa negra, la señorita de Briones una rosa roja y Catalina una rosa blanca.

Capítulo VII: Epitafios

Se reproduce el epitafio en euskera de la tumba de Zalacaín, elogiando su audacia, bravura y gloria.

FIN

Personajes

  • Bautista Urbide, panadero de oficio, amigo de Martín. Ganan a el Cacho y su pareja en pelota. Se casa con Ignacia, hermana de Martín.
  • Carlos de Ohando, hermano de Catalina, desde pequeño odia a Martín. Se reencontraran en al guerra. En el último encuentro, Martín morirá por un disparo de su acompañante el Cacho.
  • Catalina de Ohando, amada de Martín y finalmente su esposa.

 

Las inquietudes de Shanti Andía, Pío Baroja: resumen por capítulos

LIBRO PRIMERO: INFANCIA

Capítulo I: Shanti se disculpa

Shanti piensa que la vida de la gente de hoy en día carece de interés. Pero los recuerdos de tiempo atrás le han empujado a ponerlos en papel. Empezó a escribir en El Correo de Lúzaro, el periódico de su pueblo. Pero pronto el periódico se dejo de editar. Animado por su amigo Cincunegui, publica finalmente todas sus memorias. Se disculpa por no tener ninguna pretensión literaria en ellas. Asimismo, asegura no tener ningún afan de glorificación al narrarlas.

Capítulo II: El mar antiguo

Shanti reconoce su fama de indiferente y frío, de aṕático y no tener un fin en la vida, que es justo lo contrario a lo que se alaba hoy en dia entre los hombres. El es contemplativo, y sobre todo el mar, siempre diferente y siempre igual. Misterios, y que en su caso, ha moldeado toda su vida. Pero el mar ha cambiado, se ha tecnificado y burocratizado. Antes no se utilizaban instrumentos de navegación sofisiticados y se navegaba por intuición. La variedad de barcos era inmensa.  Al bárbaro mar se lanzaban además bárbaros hombres, dispuestos a todo, al crimen y a la violencia, para volver ricos a casa. Los capitanes eran sabios. Se ha perdido todo el romanticismo.

Capítulo III: Tengo que hablar de mí mismo

Shanti Andía habla de si mismo. Es indolente o apatico, contemplativo, curioso, ávido de novedades, patriota, sobre todo de Lúzaro, su pueblo en la costa vasca. Cuando ha navegado por el mar, ha añorado su pueblo, donde su familia ha vivido desde tiempos antiguos, sobre todo por parte de su madre, los Aguirre, que han sido grandes marinos. Tambien su padre, Damián de Andía, que murió en un naufragio en el canal de la Mancha, cuando el era un niño pequeño y al que no recuerda. Debía ser parecido a él, tranquilo, perezoso y burlón. La abuela materna de Shanti Andía, Celestina de Aguirre, tenía muy mala opinión del padre de Shanti. La razón pribcipal: el haber nacido en Elguea, pueblo limitrofe a Lúzaro y a cuyos habitantes la abuela consideraba mala gente, y por ser el padre de Damián nieto de un quincallero suizo, al que despreciaba. Y es que Celestina vivía muy apegada a la supuesta grandeza de su linaje, nobles e intrépidos marineros. El médico de Lúzaro, examinador de cráneos, dice que es una buena noticia que Shanti haya salido a la familia de su padre, de cara alargada y por tanto inteligente y civilizado, y no a la familia de su madre, de cara redonda, que son por lo general nerviosos, sombríos y fanáticos. Shanti no le hace mucho caso, y es que los jóvenes hoy en día no hacen caso a esas cosas y miran más a lose sentimientos.

Capítulo IV: La casa de mi abuela

Shanti y su madre habitan en una casa en lo alto del pueblo desde donde se divisa todo Lúzaro. La casa está muy expuesta a los embates de temporal. Viven con la Iñure ("iñude" en euskera quiere decir niñera), vieja criada, oscura y sombría, vascoparlante habitual, que ha vivido siempre con la familia. Su hermana es Joshepa Iñaki, serora o sirviente del cura del pueblo.  La abuela vive en una casa del pueblo, de nombre Aguirreche (casa de los Aguirre, del euskera) lugubre pro lujosa al mismo tiempo, caserón de alcurnia. Shanti recuerda el salón como el templo de los Aguirre, especialmente venerado por la abuela. Alli se acumulan objetos de los antepasados: una maqueta de barco colgante, un grabado que representa un naufragio de Blas de Aguirre, padre de la abuela, mas cuadros, instrumentos naúticos,  una pareja de chinitos que se mueven de forma curiosa, y un loro, al que Shanti odia porque no le contesta como contesta a otros cuando le preguntan si está casado.

Capítulo V: La tía Úrsula

Tras un golpe en la rodilla que le provoca una artritis, Shanti Andía pasa una infancia en casa por consejo del médico. Durante su solitaria infancia no tiene más juguetes que los de sus padres, ya rotos. Su tía Úrsula, hermana de la madre, romántica y fantasiosa, a diferencia de la abuela, es la en cargada de su educación. La tía Úrsula guarda gran cantidad de libros con aventuras navales, sobre todo de marinos vascos, que cuenta al pequeño Shanti. Los únicos niños que conoce Shanti son unos primos que vienen en verano de Madrid, pero el preferiría estar con los hijos de los pescadores que corretean en el puerto. Además de los libros, la tía Ürsula posee un tomo manuscrito con la historia de los Aguirre, donde aparecen antepasados que participaron en la conquista de América y otros condecorados por el Rey por conseguir vencer y apresar a peligrosos piratas.

Capítulo VI: Lope de Aguirre, traidor

De entre los antepasados de Shanti Andía, Lope de Aguirre ocupa un lugar especial. Varias veces leyó Shanti en el manuscrito familiar las andanzas de Lope de Aguirre, pero el manuscrito se perdió y solo puede transcribir lo que dice Domigo de Cincunegui en su historia de Lúzaro. Naciso en el siglo XVI, se unió a Pizarro en la conquista de América pero de espíritu sedicioso, traicionó a Pedro De Ursúa en su expedición en busca de El Dorado, le asesinó y con los rebeldes se lanzó al Amazonas y salió al Atlántico, comentiendo pillajes y traiciones con una crueldad desmedida, hasta que rodeado por las tropas de Felipe II, pidió a su soldado que le matara, despues de matar él mismo a su hija antes de que cayera en manos de los soldados fieles al rey. Sus cráneo está expuesto en una iglesia de Venezuela. A pesar de su cureldad, Shanti siente cierta simpatía por su antepasado.

Capítulo VII: El funeral de mi tío Juan

Poco se habla de su tío Juan de Aguirre en casa de Su Shanti. Su madre. tía y abuela evitan mencionarle. A las preguntas por su paradero, Iñure le cuenta finalmente que ha sido pirata y que está preso en Inglaterra. El personaje exalta la imaginación del pequeño Shanti. Finalmente, llega la noticia de un cónsul: el tío Juan ha muerto. Se celebran las exequias en el pueblo, a pesa de que el cuerpo no está presente, en un ambiente oscuro y terrible para el pequeño Shnati. Con todas las mujeres vestidas de estricto luto y desarrollando una ceremonia de gran solemnidad y misterio en la iglesia. El pequeño Shanti se siernte aterrorizado por el ambiente. La Iñure le asegura en cambio que sigue vivo, lo que alimenta su leyenda en el interior del niño.

Otra ceremonia misteriosa que deja huella en Shanti es la Navidad, cuando una mejer apodada la Curriqui, canta villancicos monotonos en el belén montado en Aguirreche. Shanti recuerda también los villancicos de los pastores del monte.

Capítulo VIII: Correrías de chico

Finalmente, el pequeño Shanti tiene que ir a la escuela. El maestro don Hilario odia a todo lo vasco y se empeña en enseñar el correcto castellano a los chicos, que reciben de él frecuentes palizas, de las que se libra Shanti por su precaria salud. No tiene buenos recuerdos de la escuela, sobre todo por el trato recibido, trato que los niños no merecerian en una sociedad verdaderamente civilizada.

Se hace amigo de dos chicos: Jose Mari Realde, de padre valeroso, y Chomin Zelayeta, hijo de artesano de poleas, y de vivo ingenio. Iñure tiene la orden de llevar e ir a buscar a Shanti al colegio, pero Shanti convenze a la madre de que le deje ir solo. Empieza a jugar con los otros niños en el puerto. A veces incluso hace novillos con José Mari y Chomin, y se escapan a la playa y las rocas. Van ampliando su radio de acción y empiezan a frecuentar el monte Izarra, que corona el pueblo. Hay una cueva en su cima, de la que Yurrumendi el fantasioso les cuenta que es la morada de un monstruo de aspecto de dragón (Herensuge). Desde la cima, el acantilado es impresionante. Shanti y sus amigos consiguen bajar por un sendero a las rocas, donde Shanti se maravilla con todo lo que ve, cangrejos, erizos, conchas, ... A veces en cambio, llueve y tiene que quedarse los domingos en la tertulia de las señoras que iban a Aguirreche, la casa de la abuela.

Capítulo IX: Yurrumendi, el fantástico

El muelle de Luzaro, Cay Luce, no ha cambiado tanto. Siguen estando las casas de pescadores con ropa tendida, almacnes, talleres y tabernas donde se reunen los pescadores. Shanti se ha hecho muy amigo de Chomin Zelayeta, y en el taller de su padre, en el muelle, suele encontrar a Yurrumendi, ex piloto de barco que ha trabajo en barcos negreros y piratas e incluso ha estado preso, hombre fornido, que le impresiona con sus narraciones, reales y no tan reales. Les cuenta como el mar a veces se levanta y muestra una sima de perlas que lleva al fondo, como enfrente de Frayburu, en la base de Izarra, hay una cueva con un gigante de ojos rojos, les habla de monstruos que habitan los mares, de buques fantasmas que arruinan barcos, de crueldades de piratas. Suele alternar sus historias con una canción marinera, simepre la misma. Zelayeta y Shanti se conjuran, soñando que correran aventuras cono las de Yurrumendi, y le imitan andando y fumando como él. De mayor, Shanti no dio mayor importancia a esas aventuras pero tanto Yurrumendi como otros marineros se reafirmaban en ellas. Desgraciadamente, el pobre Yurrumendi murió.

Capítulo X: Las indignaciones de Shacu

Recalde, Zelayeta y Shanti ingresan en la escuela de naútica. Gregorio Azurmendi les impasrte matemáticas. En vacaciones, encargan a un carpintero llamdo Caracas, un peuqeño barco de juguete para navegar por el puerto, pero en cuanto lo estrenan se hunde. Para compensarles, Caracas convence a Shacu, un medio tonto que suele ir al taller, para que les deje su bote. Al taller de Caracas también iba un personaje llamado Joshepe Tiñacu., un marinero borracho. Shacu les deja el bote a los niños, siempre pidiendo permiso, pero al final ni permiso ni nada, Shanti y sus amigos cogen el bote cuando les viene en gana, lo que irrita a Shacu. Pero no se mueven más que por el puerto y la ría, donde hay una cueva donde ven un cañon de bronce. Cachalote se llama el bote de Shacu. Finalmente, con Cahcalote se atreven a pasar la barra del puerto.

Capítulo XI: El naufragio del Stella Maris

Shanti y sus amigos antes de llegar a la escuela de naútica, reciben la noticia de que una goleta ha naufragado en el arrecife frente a Frayburu. Se dirigen a la cima del Izarra, para divisar desde allí el rescate. Hace mal tiempo. Zurbelcha comanda la lancha de rescate. Al lado de la goleta, los chicos pierden de vista entre la niebla a los marineros, pero finalmente ven a todos sanos y salvos. Llegan a puero. La goleta tiene de nombre Stella Maris, viene de Bretaña, y han rescatado a dos hombre y a una mujer con un niño en brazos. Zapiain se entiende con ellos, en frances. Dias despues, con buen tiempo, descargan lo que pueden de la goleta y lo desmantelan. Dias despues, encuentren el cadáver carcomido de una marinero entre las rocas.

Capítulo XII: Nuestra gran aventura

A Shanti se le ocurre llegar hasta el Stella Maris, cuando las conidicones lo permitan. Sus amigos aceptan, asobrados eso sí. Un domingo de aparente buen tiempo se dirigen hacia la goleta en el Cachalote. Pasan Frayburu, y consiguen pasar el arrecife junto a la goleta naufragada. Shanti sube por una cuerda al navío, y tras e´l sus amigos. Lo exploran, mientras el embate del mar sacude el destartalado navío. No hay gran cosa: Zelayetra se lleva un devocionario. Al emprendetr la vuelta, ocurre algo.

Capítulo XIII: La gruta del Izarra

Cachalote está hundido por una vía de agua a travñes de un agujero provocado por los golpes contra la roca. Consiguen poner a flote el botey. Recalde tapona la vía de agua como puede. Solamente Rec alde y Shanti se embarcan, ya que es peligroso que suban los tres al malogrado bote. Shanti achica mientra Recalde rema. Luego acercandose a la gruta del Izarra, empieza a remar Shanti. La vía de agua se abre, y Shanti ve cono una salida entrar a la gruta para refugiarse allí. La gruta es impresionante y sobrecogedora, y Recalde pasa un miedo terrible, mientras que Shanti se muestra mñas decicido. No ven como salir de allí hasta que ven una cornisa a la que hechan el ancla hacia arriba, y suben por la cuerda. Entre el terrible estruendo de olas, van subiendo por un camino bordeado por una fila de troncos, al final de cual se vislumbra una luz que sale a la cima de Izarra. Bajan por la playa da las Animas, y alli consiguen la ayuda de dos hombres, uno de ellos extrañado cuando Shanti le dice quien es, que en un pequeño barco rescatan a Zelayeta. Vuelven a Luzaro, y tras contar en casa lo ocurrido, la madre y La Iñure le miran con espanto. Joshe Mari Recalde le mira con otros ojos a partir de ese dia, piensa que es un valiente. Años mñas tarde, Shanti seguirá teniendo pesadillas con aquellas aventura.

LIBRO SEGUNDO: JUVENTUD

Capítulo I: Mis primeros viajes

La aventura de Shanti es sonada en el pueblo, pero la abuela y la madre no le permiten que se envanezca, y le ordenan proseguir sus estudios de naútica bajo el mando de Ciríaco Andonaegui, capitán de fragata, que a su vez fue aprendiz del padre de Shanti. Primero hace un viaje de agregado de Liverpoll a La Habana, en un bergantín, en condiciones penosas, aunque con marineros vascos casi todos. A la vuelta, en Cádiz, se embarca con don Ciriaco en la fragata Bella Vizcaína rumbo a Filipinas, adonde llegan en varios meses, sin contratiempos. En Filipinas, Shanti se muestra exultante por todo lo que ve. La vuelta es más conmplicada, superan tempestades, y llegan a Cádiz. Ingresa de inmediato en le escuela de San Fernando y encuentra pensión en la misma ciudad. De la escuela sale piloto, hará un par de viajes con don Ciriaco y luego se hará él mismo con el mando de la fragata.

Capítulo II: Historia de la Bella Vizcaína

Don Ciriaco lleva a presentar a Shanti Andía a casa de don Matías Cepeda, su socio en la sociedad naviera. Le adelanta que la señora de Cepeda es vasca. LLegan a una suntuosa mansion, y se presenta a doña Hortensia, señora de Cepeda, hablan de sus antepasados y resulta que por un apellido común igual son parientes. Le presenta a su hija Dolorcitas, de 14 o 15 años. Shanti se sirente torpe y turbado. Luego le presentan a Matías Cepeda, que le avisa que en Cádiz le van a tomar el pelo. Visitan la casa, y le invitan en la despedida para todos los dias de fiesta. A la salida don Ciriaco le cuenta que Hortensia es vizcaína, de cerca de Bilbao. En su pueblo conoció a Fermín Menchaca, capitán, que se encaprichó de ella, pero no se quería casar. Al final, antes de la boda, Menchaca se escapó pero dejó embarazada a Hortensia. Pero esta le encontró en Filipinas y le obligó a casarse con ella. Todo esto le cuenta Ciriaco para que sepa como es Hortensia, y como son las mujeres en general. Menchaca, impetuoso y audaz, llegó a Cádiz. Alli conoció a Cepeda, que se habia casado con la dueña de un gran almacén que murió y le dejño una fortuna. Entonces juntos, Menchaca y Cepeda hicieron grandes negocios juntos con los que ganaron millones. Cepeda es el fondo un estúpido, pero logró seducir a Hortensia a pesar de que era feo. Menchaca sospechaba algo y dejó de hablar a su mujer. La sociedad de Menchaca y Cepeda encargó un barcoy cuendo Cepeda fue a buscarlo, encontró que tenñia de nombre La Bellas Vizcaína. Menchaca no pudo soportar tal insinuación, se mortificaba y termino muriendo disparandose accidentalmente en apariencia. Contada toda esta historia, Ciriaco despide a Shanti, animandole a estudiar para que tome el mando en su barco.

Capítulo III: Dolores de vanidad

Shanti se dirige a casa de doña Hortensia. Allí se encuentra con Cepeda, que lo recibe con frialdad y superioridad. Habla con el soltando sarcasmos que lo dejan bloqueado y avergonzado, valiéndose de que no habla castellano con desenvoltura. En el fondo, Cepeda es un imbéccil que solo cuenta anécdotas. No tiene clase, aunque él piense lo contrario por todo el dinero que tiene. Ni siquiere se merece todo ese dinero porque es un vago. Cunado por las tardes Cepeda va al casino, Shanti se queda con Hortensia y Dolorcitas, a las que acaban uniéndose un nutrido grupo de amigas. No hacen otra cosa que halbnar a toda velocidad. Shanti, como vasco, no es así, es más sobrio. A Dolorcitas le encanta provocar celos a Shanti. Está Shanti enamorado? Ni él mismo lo sabe. Pero no le gustan los desdenes de Dolorcitas. Además, es demasiado coqueta. Termina esas tardes saliendo de su casa deprimido y aburrido. Aún así, sigue viéndose con Dolorcitas y pasea con ella por Cádiz, y encuentra en su sobrecogedor paisaje el consuelo a su situación. Caída la tarde, vuelve a San Fernando.

Capítulo IV: La palmera y el pino

Al igual que en un poema alemán, donde un pino del norte desea convertirse en palmera del sur, Shanti no se encuentra a gusto consigo mismo, y por momentos le gustaría convertirse en una andaluz típico, gracioso y bailarín. Hoy en día, detesta esa frivolidad sureña, pero el descontento que abrigaba en Cádiz le llevó a esos pensamientos.

Un día de esos de hastío le llevan a entrar en una taberna. Conoce allñi a un marino holandés con el que se emborracha y hace buenas migas con él. Se encara con un pobre hombre, pero todo es fruto de su amargura.  Finalmente, se despide del holandés esa misma noche, tristemente.

Capítulo V: Nuevas fatigas de amor

Don Ciríaco ya le decía que casi todas las mujeres son variables y orgullosas. Y no tiene duda Shanti de que Dolorcitas pertenece a ese grupo. A la vez que parece amar a Shanti, tiene relaciones con otro hombre, hijo de marqués. Su padrastro Matías Cepeda quiere que se case con el marquesito, para colmar sus aspiraciones aristocráticas, propias de gente mediocre como Cepeda. Así lo cree Shanti y así se lo confirma don Paco, empleado en los almacenes de Cepeda. Y tambien don Ciríaco. Llega a Cádiz el Bella Vizcaína, debe embarcarse Shanti y Dolorcitas le hace promesas de amor, sin duda falsas para Shanti, a pesar que que él sigue visitándola.

Capítulo VI. Grandeza y miseria

Se embarca Shanti para Filipinas y vuelve a Cádiz a los dos años y medio. Dolorcitas ya se ha casado con el marquesito. Doña Hortensia, que parece despreciar a su marido y totalmente emancipada de él, recibe con cariño a Shanti. Pronto volverá a embarcarse, pero antes recibirá una carta con una cita a escondidas de Dolorcitas. En la cita ve a Dolorcitas hermosísima, le dice que es muy desgraciada, que su marido es en realidad el amante de su madre, y que quiere irse con él. Shanti esta desconcertado y la furia del amor vuelve a golpear su corazón. Pero a los pocos días recibe la visita de dos amigos del marquesito, y le comunican que el marquesito le reta a un duelo, sin duda tras tener noticia de sus contactos con Dolorcitas. En el duelo a pistolas, Shanti es herido en el pulmón y el marquesito sale ileso. Dolorcitas se reconcilia con su marido (lo que son las mujeres) y se van A Madrid. Shanti finalmente embarcará como capitán en el Bahía de Cádiz, tras la gestiones de don Ciríaco con doña Hortensia. Tiene 23 años.

Capítulo VII. El paradero de Juan de Aguirre

Shanti estuvo en el funeral de su tío Juan de Aguirre en Lúzaro en su niñez. Hace 20 años de eso, sin embargo un capitán vasco en Filipinas le cuenta que  hace 15 años estaba  vivo. Por otro lado, Un marino que encuentra en el Índico le dice que Juan de Aguirre traficaba con esclavos y que fue apresado y mandado a presidio. Ahora entiende porque su abulea le dio por muerto. Vuelve finalmente a Cádiz tras 5 años de navegar. Tiene 28 años. Por correo sabe que la abuela ha muerto. De allí va a Madrid donde ve por casualidad a Doloctas que lo mira con desdén. Llegado a Lúzaro, va a Aguirreche a mirar en los viejos papeles y ve una foto de su tío Juan de Aguirre mandada por él mismo diez años después del funeral. Así pues, su tío vivía cuando le dieron por muerto.

LIBRO TERCERO: LA VUELTA AL HOGAR

Capítulo I: La herida

En Lúzaro, Shanti observa desde su casa las casas de pueblo, viejas, inmóviles y melancólicas. Todo sigue igual, en contraste con él, que han cambiado. Ha navegado por los mares durante años, ha vivido mucho y rápido, pero en el fondo siente la herida de la tristeza. Es en Lúzaro donde se le acrecenta ese sentimiento, con sus diñas largos, su pequeñez y su monotonía.

Suele caminar por el pueblo y tiene la costumbre de subir al Izarra. Vive al ritmo de las inclemencias del tiempo, sosegadamente, lo cual le tranquiliza, pero tambíen le entristece. La melancolía se adueña de él. Piensa que la vida se escapa, que nada tiene importancia en el remolino de los acontecimientos. Quisiera remontar el vuelo, y no quedarse en tierra cono el pájaro herido.

Capítulo II: Lúzaro y su formación

Aún en su oscuridad, Lúzaro es para Shanti un pueblo pintoresco. El puerto se ha hecho más grande desde que se fue. En la ría se encuentra el siempre industrioso astillero de Shempelar, siempre con sus planos, con el que suele conversar. Suele acudir a la tertulia del relojero Zapiain, donde se discute la formación de Lúzaro: Garmendia el boticario dice que es fruto de la acción erosiva del río que se trago las partes blandas y ha dejado a descubierto Izarra y  Frayburu; Socoa, el cápitan, dice que es resultado de la corriente del Golfo; otro marino dice que los arenales fueron creados por los aportes del viento. Shanti da razón a los tres, y es que él no es absolutista en las opiniones.

Capítulo III: La tertulia de la relojería

La madre de Shanti quiere que se case con una mujer mayor que él, fea, seria y religiosa, de nombre Barbarita.

Shanti opina que las mujeres de Lúzaro son de armas tomar, dulces pero queriendo siempre imponer su voliuntad. Cuenta el caso de Recalde, padre de su amigo el antropólogo, piloto audaz y autoritario, según se lo cuentan en la relojería. Tras una larga navegación volvió a casa y sin más preguntó si había psado algo, le respondieron con una negativa, y luego pregunto por la hora de la cena. A las ocho, le dijeron, tras lo cual replicó que a partir de entonces serñia a las siete. En balde fueron sus vituperios los diñas siguientes. La mujer se impuso finalmente y tuvo que aceptar que la cena fuese a las ocho.

En la relojería casi todos los tertulianos son radicales carlistas, excepto el boticario Garmendia que era liberal. Garmendia defiende con ironía a los que no son cristianos, y lamenta que los vascos sean tan bebedores, ante la reacción furibunda de sus contertulios. El relojero Zapiain da discretamente la razón a Garmendia.

Otro tema de la tertulia son las minas de Izarte, explotadas por Juan Machín, luzarense. Shanti recuerda a Beracoeches, personaje excentrico de Lúzaro, que siempre andaba por Izarte, diciendo que sus montes escondán grandes riquezas. Ontuvo licencia para su explotaciñon. Murió y sus libros en inglés y francés fueron despreciados por el ignorante vicario. Su sobrina se entendió con Juan Machín y formaron una sociedad de minas. Machín se hizo rico, a pesar que de joven era un holgazán. El embarcadero de las minas se encuentra en las playas de las ánimas. Allí todavia se encuentra un caserío de la abuela. Bisusalde, alquilado a un inglés. Shanti de dirige al caserío a renovar el contrato de alquiler.

Capítulo IV: La playa de las Ánimas

La playa de las Ánimas se encuentra tras el monte Izarra y se prolonga hasta los acantilados de Elguea. Es una playa solitaria con un riachuelo que la cruza en su mitad (Sorguin-Erreca). Las dunas formadas por el viento se alzan sobre la playa. En el lado del Izarra hay un faro. El mar es violento en invierno. En verano el espectáculo del color de las aguas y los atardeceres es majestuoso.

Capítulo V: Frayburu

El espectáculo del mar se magnifica en la peña Frayburu: sacudido por el tumultuoso mar, una cueva en su interior crea un remanso de aguas tranquilar con colores preciosos. Pareciera que transcendiera a su esencia y adquiriese vida propia, para incompresión de los humanos. Y ahí se yergue, delante de Izarra, misterioso y fantástico.

Capítulo VI: Bisusalde

Shanti llega a Bisusalde pero no encuentra a nadie. Un hombre de los alrededores le avisa de que llegarán a la tarde porque habían ido a Elguea. Da una vuelta por las casas de los alrededores y entra a una venta donde pregunta por el inglés. La ventera le dice que el inglés da clases de su idioma en Elguea. Va todos los dias. Vive humildemente con su hija adolescente, Mary,  y un criado.

Shanti les espera y cuando les ve llegar sale a su encuentro. El hombre parece enfermo. La hija en cambio es robusta y saludable.  Pero espera a que entren en casa para presentarse. Toca la puerta y le hacen entrar. Shanti se presenta y el capitán inglés le dice que desea quedarse un año más en la casa. Shanti iente que son gente suspicaz y desconfiada, rehuyen la presencia humana, y vuelve a Lúzaro desilusionado.

Capítulo VII: El recado

Una tarde, un chico se acerca a Shanti y le entrega una carta de Mary, la hija del inglés, en la que le dice que su padre le pide que le visite lo antes posible. El criado del inglés le esperará a la salida del pueblo. Cena en casa rapidamente y se dirige al encuentro de Allen, el criado, que le espera con un caballo. Shanti le pregunta acerca del del capitán inglés, pero no le da información. Llegan a Bisusalde y Mary le acomoda en la casa. El capitán tiene unos sesenta años, y es enjuto y con barba blanca. Le dice que él es Juan de Aguirre, su tío, al que daban por muerto y del que celebraron hasta funeral, siendo Shanti niño. Le cuenta a Shanti que ha revelado su identidad por miedo a que se le considere un impostor. Shanti le dice que ya sabía que estaba vivo, por las informaciones del marino vasco del Índico. Le da dos encargos antes de que muera: uno, a un año de su muerte, darle un sobre a Juan Machín, el minero, y dos, cuidar de su hija, es decir la prima de Shanti. Le hace jurar que cumplirá con sus deseos. Se despiden, entre los sollozos de Mary. Vuelve a casa en caballo. Sólo al día siguiente decidirá contarle a su madre lo acaecido. La madre se toma a mal, tanto la aparición de Juan de Aguirre, como las promesas hechas por Shanti.

Capítulo VIII: Urbistondo y su familia

Shanti visita diariamente a su tío, cuya salud va de mal en peor. Mary explica que quiere dar clases de inglés en Elguea en un futuro, pero Shanti le quita la idea de la cabeza, solo van querer ligar con ella. Piensa entonces aprender a coser. La madre de Shanti tiene mala opinión de Mary, pero Shanti la defiende. Shanti conoce a Genoveva (Quenoveva, como la llaman), amaiga de Mary, hija del farero de la playa de las Ánimas y fuerte como Mary. Van al faro y allí son acogidas por ocho niños, todos hermanos de Quenoveva. El farero es Juan Urbistondo, marino audaz, con pierna de palo. Había sido capitán de barcos de vela, y se negó a pilotar con vapor, por lo que le defenestraron. Desarrollaba su oficio de farero con total dedicación. En la despedida, ofrece un lugar en su casa a Mary, para cuando se quede sola. Shanti se lo agradece y se despiden.

Capítulo IX: El devocionario de Allen

Shanti recibe el encargo de una larga navegación. Va a visitar a Quenoveva a escuchar su parecer, porque no quiere dejar a Mary Sola tanto tiempo. Quenoveva dice que hablará con su padre para que por medio de sus contactos le encuentre una navegación más corta. Y así es que le encuentran una navegación más corta, a Liverpool. Escribe a Cádiz diciendo que por enfermedad no puede hacer la navegaciñon, para disgusto de su madre.

Un tiempo mñas tarde, Mary le manda un recado y al llegar a Bisusalde encuentra a su tio muerto. Allí están Mary, Urbistondo, Quenoveva y Allen, el criado. El médico certifica que es Tristán de Ugarte el muerto, en lugar de Juan de Aguirre. Unos días después Allen va a casa de Shanti con un devocionario del fallecido donde en clave aparecen las indicaciones para encontrar un tesoro en Africa. Invita a Shanti a participar con él en la busqueda del tesoro. Shanti declina la invitación y a los pocos dias Allen desaparece del pueblo.

Capítulo X: La cueva de la serpiente

Mary quiere ir a Lúzaro a vivir. Shanti habla con la mujer de Reclade para que la acoja, dado que su madre no quiere tenerla en casa. Se despide de Quenoveva dándole un anillo de oro y regalando juguetes a sus hermanos. Se lleva a Mary hacia Lúzaro por el monte Izarra. Mary está enfadada porque a ella no le ha regalado un anillo, Shanti le dice que ya le regalará uno. De todas formas, Mary sigue triste, añora a supadre e intenta suicidarse lanzándose desde el acantilado, pero Shanti le sujeta en el último momento. En el camino empieza a llover y entran a guarecerse en la cueva de Herensugea, el Dragón en euskera, que ya conoce Shanti de sus andanzas infantiles. Shanti le cuenta la historia de Herensugea y al final Mary le da las gracias por acogerles en su morada. Llegan a Lúzaro.

LIBRO CUARTO: LA URCA HOLANDESA "EL DRAGON"

Capítulo I: El capitán de la "Dama Zuri"

Shanti Andái comienza a trabajar en la ruta Bilbao-Liverpool, pero luego a la Burdeos-Buenos Aires. Echa de menos Lúzaro, echa de menos a Lúzaro. Está enamorado y quiere casrse con ella. la amdre de Shanti sigue sin creerse que Tristán sea su hermano Aguirre, pero comienza a ver con buenos ojos a Mary.

Un día en Burdeos, antes de zarpar, va con un amigo a una tienda de efectos navales del puerto y les atiende un hombre viejo, vasco tambien, de nombre Itchaso. Les pregunta por su pueblo y al decir Shanti Lúzaro, el hombre dice que recuerda a Tristán Ugarte como paisano de ese pueblo y piloto del barco El Dragón. Shanti dice que es sobrino suyo. Quedan a la tarde, Itchaso le quiere contar todo lo que sabe de Ugarte. Antes de empezar, abre una botella de Burdeos y brinda con Shanti.

Capítulo II: Narración de Itchaso: Los dos caminos del marino

Itcaso cuenta que es de Guethary, en la costa vasocfrancesa. De pequeño se embarcó de grumete a Terranova, donde presenció una buena cantidad de naufragios. Volvió a Brest, en Bretaña y una noche conoce a un tipo con el que se emborracha. Al día siguiente se despierta en un barco negrero y le dicen que la víspera se habñia comprometido aunque él no se acuerda de nada. Se resigna y elige seguir en el barco, no sabe todavía si será el buen camino o el mal camino el que ha elegido, uno  de los dos será porque solo exiten esos dos. El barco es moderno y de gran calidad, una urca holandesa, de nombre El Dragón. Describe el barco con todo lujo de detalles.

Capítulo III: El capitán Zaldumbide

El capitán del barco negrero se llam Zaldumbide. Es vasco, y por tanto Itchaso le inspira confianza y le da un lugar privilegiado en el barco. Zaldumbide es viejo, muy religioso y muy estricto en el mando. Es de la antigua usanza, prefiere la navegación tradicional  a la moderna. Tiene una mona de mascota, Marizancos. El pilota es un danés, Franz Nissen. Y luego estaba el doctor Cornelius. El capitán tiene blindadas sus dependencias por temor a motines, y es que desconfñia de la tripulación en la que hay hombres de muchas naciones diferentes. Solo tiene confianza en sus subordinados inmediatos y en los vascos, que duermen también cerca de su camarote. Además les alimenta mejor a ellos. Zaldumbide es además a avaro y cruel. Escamotea las ganancias a la tripulación y solo busca acumular su fortuna. Muestra de su cureldad, un dñia recogieron un naúfrago y ordenó atarlo y tirarlo al mar otra vez. Una vez dos policias subieron al barco, buscando la carga de esclavos, y ordenó su ejecución al negro Demostenes y al malayo Chim.

Capítulo IV: De otras personas distinguidas que formaban la tripulación del El Dragon

EN PROGRESO

Lugares, personajes y más en la novela 

  • Lúzaro, pueblo natal de Shanti Andía y cuna de sus antepasados. Es un pueblo ficcional, no existe en la realidad, pero según palabras del propio Baroja, se inspiro en un pueblo del occidente guipuzcoano, Deba o Mutriku, para dibujar su visión de Lúzaro.
  • Elguea, pueblo limítrofe a Lúzaro. La abuela de Shanti considera mala gente a los habitantes de Elguea.
  • Aguirreche, "casa de Aguirre" en euskera, casa de la abuela.
  • Izarra, monte que corona Lúzaro.
  • Frayburu, islote al frente del monte Izarra.
  • Cachalote, bote en el que Shanti y sus amigos de niñez van al Stella Maris, donde viven una aventura.
  • Matías Cepeda, padrastro de Dolorcitas.
  • Don Ciríaco, capitán del Bella Vizcaína y mentor de Shanti.
  • Doña Hortensia, madre de Dolorcitas.
  • Bisusalde, caserío donde encontrará a Juan de Aguirre, su tío, cerca de la playa de las Ánimas.
  • Juan de Aguirre, tio de Shanti por parte de madre. Marino aventurero, le dan por muerto siendo niño Shanti, pero reaparece en el pueblo con el nombre Tristán de Ugarte hasta que confiesa a Shanti su verdadera personalidad. Muere en Lúzaro, dejnado a su hija Mary al cuidado de Shanti.

Patria, Fernando Aramburu: resumen por capítulos

Capítulo 1: Tacones sobre el parqué

Bittori mira furtivamente desde la ventana de su casa de Donostia como su hija Nerea entra al taxi que le va llevar con su marido al aeropuerto para un viaje a Londres. Maldice que su hija se haya casado con ese hombre que no la quiere, Piensa en su difunto marido Txato, cuando tras la boda de la hija tuvo un mal presentimiento sobre el marido.

Momentos antes Nerea y Quique se han despedido de su piso. Quique, el marido de Nerea, desagradable, sale antes. Nerea, esquiva y contestona, aguanta estoicamente los dardos de su madre hacia Quique. Nerea dice que acompañar al marido en un viaje a Londres es un ultimo intento de salvar el matrimonio. No tienen hijos, Nerea quiere adoptar, pero su marido es absolutamente reacio a la idea. Madre e hija se despiden rápido y algo friamente.

Capítulo 2: Octubre benigno

Es octubre. Bittori ha ido a misa, aunque no es creyente  y menos aun practicante desde el asesinato de su marido. Si va a misa, es por ver a gente y  no sentirse sola. Oye las palabras del sacerdote y niega una y otra vez lo que aquel afirma. Sale de la iglesia y una voz la interpela. Una vecina, aque le da la noticia de que ETA ha anunciado un cese el fuego definitivo. No siente nada, no tiene verdaderos motivos para alegrarse en lo que a ella respecta. Se despide friamente de la vecina. Llega a casa, silenciosamente, conoce ya la noticia y quiere pasar desapercibida. Ikatza, el gato, hecho un ovillo. La llama el hijo, Xabier,  médico, que le comunica de nuevo la noticia del día. Enciende el televisor y ve a los miembros de ETA haciendo su anuncio. Se le hace insoportable. Mañana irá al cementerio, tendrá que contarle a Txato la noticia.

Capítulo 3: Con el Txato en Polloe

Va en bus al cementerio de Polloe. Viste de negro, al menos para ir al cementerio. Sus hijos le empujaron a que llevara el luto habitualmente. En la lápida del Txato, aparece su nombre pero no el mote. Sus hijos pretendieron que ni siquiera apareciese la fecha de su asesinato, para evitar posibles vandalismos en la tumba, pero ella se negó. Sería matarle dos veces. Se sienta en la tumba y empieza a hablar figuradamente a su marido, a veces con el pensamiento y a veces incluso musitando las palabras.  Le cuenta lo del viaje a Londres, criticando a su hija, pero sabe que para el Txato su hija Nerea era especial. Y le cuenta lo del cese el fuego, y su decisión firme. Va a ir a la casa del pueblo. Quiere estar entre los que lo mataron, aunque el autor material esté en la cárcel. Lo tiene que hacer.

Capítulo 4: En casa de esos

Miren está haciendo la cena. Su hija Arantxa está con ella, paralítica y madre de dos niños. Oye la noticia del cese el fuego. No recibe la noticia con buenos ojos, todavía hay que liberar a Euskal Herria. Joxian el marido llega del bar Pagoeta de echar la partida con los amigos. Algo borracho. Entre los dos acuestan a Arantxa. Joxian le cuenta a Miren que han vuelto "esos", que ha visto luz en su casa. Miren hace un comentario despectivo.

Capítulo 5: Mudanza a oscuras

Despues de matar al Txato, Bittori fue unos dias a Donostia. Quería evitar las miradas de los vecinos y las pintadas contra su difunto marido. El piso lo compro su marido pocos meses antes de morir. Los hijos no querían que volviera para nada al pueblo y Xabier y un amigo le fueron trayendo muebles y enseres en la furgoneta de este último, hasta que un día unos jóvenes del pueblo les abuchearon y amenazaron. El amigo no quiso volver y Xabier lo entendió. Pasó el tiempo y los hijos quisieron que la madre no volviera para nada al pueblo. Le pidieron la llave pero ella se hizo una copia. Querían vender la casa del pueblo pero Bittori se negó en redondo. Siguió yendo al pueblo, en dias lluviosos y por calles solitarias, para no encontrarse con nadie. Era su pueblo y el del Txato, pero lo enterraron en Donostia. Para evitar vandalismo en su tumba. Y Bittori les reprochó a sus hijos que en lugar de enterrar a su padre, parecía que lo estaban escondiendo.

Capítulo 6: Txato, entzun

Bittori va en autobus al pueblo. Dos mujeres que van en el mismo autobús la reconocen y cuchichean. Se baja en el polígono para que nadie la vea. Recorre el camino hacia el pueblo mientras las calles le traen recuerdos, recuerdos que la golpean. Pasa delante del bar Pagoeta, donde un grupo de hombres se calla cuando pasa. Llega a su casa, fuera en la pared, una pintada "Txato, entzun (oye), pim, pam pum". Entra en casa y le vienen las discusiones con su hijo y con su hija, sobre el esfuerzo que deben hacer todos. No puede con esa forma de pensar. Va de aqui para allá en casa. Ve a su Txato en una foto y le habla como si estuviera vivo, qué quiere para cenar. Abre la persiana a medias y enciende la luz. Sabe que vendrá. Y efectivamente, tras las rendijas de la persiana, finalmente llega Miren, que solo verifica que la luz está encendida, y se va enseguida. Bittori piensa que se conserva bien.

Capítulo 7: Piedras en la mochila

Joxian, el marido de Miren, mete su bici en la cocina, entre los reproches de Miren, para ponerla a punto. Lleva Miren dos noches sin dormir a causa de la vuelta de Bittori. Le comenta a Joxian lo difícil que les hapuesto la vida su hijo, y Joxian le reprocha a suvez lo blanda que se ha puesta, tan abertzale ella, incluso en las visitas a su hijo en la cárcel. Have veinte años que el hijo empezó a meterse en lios, lo veían en los posters de su habitación y sobre todo cuando lo vieron Bittori y ella en Donostia metido en la kale borroka. Y es que Bittori y Miren eran íntimas amigas, casi se meten a monjas las dos, hasta que aparecieron Joxian y el Txato. Se casaron las dos con pocas semanas de diferencia: Miren y Joxian en una modesta sidería, Bittori y el Txato en un restaurante de postín, y es que el Txato hacía dinero en una empresa de transportes. El día que estaban en Donostia habian pegado fuego a un bus en el bulevard. Los ertzainas estaban apostados en la entrada a la parte vieja frente a los jóvenes. Y de pronto ahí vieron a Joxe Mari, el hijo de Miren, con una mochila de la que sus amigos sacaban piedras para tirarselas a los ertzainas.

Capítulo 8: Un lejano episodio

Miren recuerda la noche de aquel dia, cuando Joxe Mari volvió a casa. Le preguntó de donde venía, aunque ya lo sabía por lo que había visto. El hijo no dijo nada, pero Miren le espetó a ver si había sido uno de los que incendió el autobús. Joxe Mari le vino entonces con la historia de la libertad de Euskal Herria, y fue calentándose y la madre también con la mano en la sarte con el aceite. La madre se va finalmente llorando de la cocina y le dice a su hijo Gorka que vaya en busca del padre al bar. Cuando Joxian vuelve, se inicia la discusión con el padre  y se zarandean. Pasan varios dias sin hablar en casa, Arantxa la hija de Miren siempre ha dicho que se habla poco en casa. Hasta que Joxe Mari cogió sus cosas y se largó, dejando Barkatu, "perdón", en un papel. A los dias vuelve con un ramo de flores para su madre y una bolsa de ropa para lavar, Miren se enternece, siempre será su hijo. Joxian llega y justo se saluda con el hijo. Joxe Mari comenta que ahora vive con unos amigos en un piso. Coge sus cosas y se va, besando a su madre y dando una palmada en la espalda al padre.

Capítulo 9: Rojo

Bittori recoge los pajaros y ratones muertos que la gata Ikatza le trae a casa. Mientras los tira por el balcón trasero de casa, su hijo Xabier , el médico, toca el timbre. Va de paso y solo quiere sacarle sangre para ahorrarle la visita al hospital. Bittori mientras tanto despotrica contra Nerea, siempre ha sido difícil y ahora no la soporta, y menos su marido Enrique. Le saca la sangre. Rojo. Y eso le evoca el día en que en el trabajo le dijeron que a su padre le había pasado algo y fue en coche corriendo al pueblo, como vio bajo la lluvia el reguero rojo de la sangre de su padre. Acaba la extracción de sangre. Xabier le confiesa que en realidad ha venido para saber si estaba bien, y que Nerea seguramente también ha estado llamando. Le dice también que todo el mundo sabe que esté en el pueblo. Bittori le dice que solo quiere arreglar unas cosas. Xabier le pide que le mantenga al corriente. Se despiden.

Capítulo 10: Llamadas telefónicas

Suena el teléfono en casa de Bittori. No lo coge. Sabe que es Nerea. Recuerda cuando fueron ellos, Bittori y su hijo Xabier, los que la llamaron a Zaragoza cuando mataron a su marido. No había móviles, no tenía fijo en casa, así que llamaron al bar de abajo de su piso de estudiantes para que la avisarán. En vano. Dieron la noticia por todos los medios. Y Nerea solo llamó a los tres dias, triste pero diciendole que no iba a ir a casa. No quiere ver al padre muerto, no quiere que la vean en el pueblo y la señalen y no quiere salir en los medios, tampoco quiere que la reconozcan en Zaragoza. Solo lo supieron allí sus amigas y José Carlos, su amigo, a quien dijo que acomapañara a casa esa misma noche. Y le pidió que se quedara. Y se acostaron juntos, Nerea le dijo que lo necesitaba. Lo hicieron, pero luego no pudo pegar ojo.  Suena de nuevo el teléfono en casa de Bittori. Lo coge. Es Nerea. Lo está pasando muy bien, pero dice que hace tres dias que no le coge el teléfono.

Capítulo 11: Inundación

Unas lluvias torrenciales se llevan por delante la huerta de Joxian en la rivera del río. Esta todo destrozado y él también, la huerta lo es todo para él. Su esposa Miren le anima a arreglarla. Y así empieza otra vez. Le dice a su hijo Gorka que le venga a ayudar, y que llame a su hermano Joxe Mari, que supuestamente vive fuera de casa. Y Gorka le dice que Joxe Mari ya no está. Que se ha ido a Francia. Joxian, corto de miras, ni siquiera sospecha que está en la clandestinidad y ha escapado al otro lado de la frontera. Se pregunta de que vive ahora el hijo.

Capítulo 12: La tapia

Levantan una tapia de cemento para evitar nuevas inundiaciones. Joxian, con la ayuda de Gorka y Guillermo (el marido de la hija Arantxa). Y con la ayuda del Txato que le trae un camión de cemento, del que Joxian solo tiene que pagar el material. El Txato le trae tierra en un camión para rellenar la huerta, gratis también. La tierra no llega para el relleno. Joxian no sabe que hacer. Txato le aconseja, que haga dos niveles de altura en la huerta. Como simepre, Joxian, corto de miras, y el Txato, listo. El Txato le ofreció a Joxian metersen en el negocio de los camiones. Pero Miren le empujó a decir que no. Y ahora, después de lo de la huerta, Txato le dice que ha recibido otra carta de ETA, le piden 25 millones de pesetas. Es la segunda carta. En la primera le pidieron 1.6 millones, Y pagó. Se sintió luego culpable, cuando mataban a gente pensaba que él habñia ayudado a financiar los asesinatos. Joxian le dice que igual se han equivocado. Txanto que no, que en la carta mencionan a Nerea, saben donde está en Zaragoza. Está nervioso. Toda la vida trabajando y tampoco es que sea rico. 25 millones. Con los gastos que tiene, sueldos y préstamos. Txato le pide a Joxian que le facilita contactar con Joxe Mari, quiere hablar con él para negociar. Joxian le dice: Joxe Mari no está en ETA. Joxian le dice que su hijo no es más que un gandul, que anda viajando por ahí con los amigos.

Capítulo 13: La rampa, el baño, la cuidadora

Surgió el problema en cuanto Arantxa vino a vivir de nuevo a casa de los padres, ya en silla de ruedas. Había que salvar tres escalones del portal para hacer posible que pudieran sacar a la hija en silla de ruedas. En el bar, el amigo carpintero le dio la solución. hacer una rampa de madera. Dicho y hecho, pero es que la rampa ocupaba casi todo el ancho del portal y los vecinos apenas podían pasar. Hubo quejas de vecinos. Pusieron moqueta para no resbalar y evitar ruido. Pero Arrondo, un vecino, de pocas palabras y duro, se quejó. Que la iba a quitar. Y Miren que no. Y Arrondo la quitó. Enseguida Miren se fue a la herriko taberna (bar abertzale) y dio el aviso. Al rato, Arrondo había vuelto a poner la rampa en su sitio. Aparte de la rampa, reformaron también el baño. Una parte la pagó Guillermo, para quitarse de encima a su esposa paralítica y quedarse con los hijos y además libre. Aún así, a Miren y a Joxian les costaba duchar a Miren, era mucho esfuerzo. Y un dia, Joxian se encuentra a una sudamericana en casa. Miren le explica que es del pueblo y que le han dado buenas referencias. Se llama Celeste. Joxian, que cuanto le paga. Miren que diez euros. Son pobres y se conformarán con eso.

Capítulo 14: Ultimas meriendas

Miren y Bittori han sido íntimas amigas. Iban juntas los sábados a San Sebastián, con despreocupación criticaban a uno y otro, hablaban de sus problemas. Miren por ejemplo, de su hijo Joxe Mari huido a Francia. Recibe cartas suyas de manos de su novia, pero que debe romper inmediatamente por seguridad. No pueden ir a visitarle, aunque tampoco sabrían adonde ir. Bittori recuerda que se apenó de verdad de la situación del hijo, y que reconoció la transformación de su amiga, y eso que nunca habían sido abertzales. Hasta que llegó el dia que en San Sebastián se encontraron con una manifestación de abertzales, y ni corta ni perezosa, Miren la agarró para unirse a ella, mientras gritaba las consignas habituales. Y en un dia de esos, se enteró Bittori de que su marido estaba amenazado: Miren le dijo que no podian visitar a su hijo, y que por tanto no podian llevarle el recado del Txato sobre la carta pidiéndole dinero. ¿Cómo? ¿De qué le estaba hablando? Bittori no sabía nada del asunto.

Capítulo 15: Encuentros

Bittori está visitando la tumba del Txato. Y habla con él. Le dice que ya no se esconde en el pueblo, se baja en el centro y no en el polígono, ha puesto flores en el balcón de casa. Le cuenta lo que le pasó en el pueblo el otro dia. Dudó, pero al final entro en el bar, bajo las miradas esquivas y los silencios de los presentes en el bar. Pide un café, servido con indiferencia por el camarero. El silencio pesa. Paga. Roza la hucha de los presos que está en la barra. Y al salir lo que vio la dejó atónita. una paralítica en silla de ruedas con una cara que se le hace conocida. Es Arantxa, la hija de Miren, empujada por una chica sudamericana. No se lo puede creer. Arantxa le hace una mueca de saludo. Bittori se queda paralizada, no sabe que le ha pasado. Le dice al Txato que le da pena, que fue la única que se compadeció cuando le mataron.

Capítulo 16: Misa dominical

Es domingo. Joxian ha ido a dar la vuelta en bici con los amigos. Son las ocho en las campanas de la iglesia. Viene Celeste, levantan a Arantxa, la duchan. Arantxa prefiere que la duche Celeste, porque la trata con más mimo. Miren va a ir con ella a misa. Arantxa no quiere. Dice que est atea. Se comunica con la madre con un ipad. Pero la madre se la lleva, como es habitual, en la silla. La deja al lado de una columna de la iglesia, donde no molesta, mientras ella habla con la figura de San Ignacio, y reza y pide favores, porque la misa se la sabe de memoria. La hija dormita mientras tanto, ajena a todo. Recuerda el primer dia que fue a la iglesia con ella, el cura dio la misa practicamtne para Arantxa, mostrandola de ejemplo y le dio la eucaristia, aunque Arantxa no podia tragar. A la salida la madre le quitó la hostia que tenía en la boca.  Al acabar la misa, deja los recuerdos y va directa a la sacristia. Le dice que Bittori ha vuelto, y quiere saber si ha venido a crear problemas. Quiere que el cura se entere y este le dice que lo deje de su cuenta.

Capítulo 17: Un paseo

Bittori ha quedado con su hijo Xabier para dar una vuelta por el paseo de la Concha. Cuarentón, médico, buena planta y ninguna perspectiva de pareja. ¿Gay? No. Xabier dice que su pasión exclusiva es la medicina. Pero al grano: el hijo le dice que se ha informado, pero que es la última vez que lo hace. Le cuenta lo que ha podido saberArantxa tuvo un ictus hace dos años en Palma de mallorca que la dejó paralítica. Se apena: Arantxa fue la única del pueblo que se acercó para decirle que estaba disconforme con el acoso de pintadas que sufría el Txato en el pueblo, mientras el resto del pueblo le retiraba el saludo. Arantxa tambień fue al funeral del Txato, con pocos vecinos más, en un funeral que ella insistió que se celebrara en el pueblo y no en Donostia. El hijo le dice que con suerte podrá llegaer a andar con bastón y hablar algo. Y respecto a ella, a Bittori, pues ue los análisis que le encargó han dado buenos resultados, está bien de salud, pero que le pasará los resultados a un amigo oncólogo por si acaso.

Capítulo 18:  Vacaciones en una isla

¿Por qué le tuvo que pasar eso a Arantxa?, se lamenta Miren. Y Arantxa piensa a su vez que le gustaría contarlo todo por escrito, pero todo, todo lo que ha ocurrido en casa. Y ve desde la silla de ruedas a su padre envejecido, a su hermano que no está fisicamente pero  esta siempre presente, y se sulfura. Y le vuelven las imagenes de Mallorca.

Las imagenes. Dos semanas en Mallorca, madre e hija, sin el padre. La hija no quiere, pero la madre se lo ruega, y al final van. Y es que el matrimonio con Guillermo hace aguas por todos lados. Guillermo ni esconde a su amante. El caso es que llegan a Mallorca, hotel, playa, ligoteo con algún extranjero, y en un coche alquilado va de excursión con Ainhoa y en momento dado, conduciendo, no siente las piernas. Para, pide ayuda. Llega ambulancia, Ainhoa, la hija, se pone cada vez más histérica, no quiere volver al hotel, y se queda con la madre en el hospital. Tanto Guillermo, coom Endika, el hijo, ilocalizables. En el hospital, la entuban. Se despierta y ..., se encuentra a su madre y a su padre allí, delante de ella.

Capítulo 19: Discrepancia

Miren llega en avión. Y ya le ha costado, porque la salida del avión se retrasaba más y más, hasta que tuvo que preguntar a unos guardias civiles, vaya hombre, que a ver qué pasaba. Y es que el aeropuerto de Mallorca estaba cerrado porque había habido un atentado de ETA en la ciudad. Pero bueno, llegaron al final. Ainhoa esperando en el aeropuerto le informa. Ha estado en casa de una enfermera que la había acogido hasta que viniese ella. Fue esa misma enfermera la que les buscó una pensión barata, y es que a ella le preocupaba muchísimo el dineral que se iba a gastar. El padre, Guillermo, llegará otro día, para recoger a Ainhoa. Qué cara, piensa Miren, y su mujer qué. Ainhoa le cuenta lo del atentado, oyó la explosión y la casa de la enfermera donde se alojaba retumbó. Le dice, mientras comen bocatas en un  bar (única vez, dice Miren, que se está gastando mucho dinero, a partir de entonces iran al super), que no le parece bien que hayan matado con la bomba a dos guardias civiles, que además podrían haber sido ellas, Ainhoa y la enfermera las victimas, porque pasaban por allí, delante del cuartel. Miren no hace caso, pero al final salta, que es una guerra y habrá muertos por ambos lados, y que no se le haga caso a su padre, Guillermo, que seguro que le ha metido eso en la cabeza. Ainhoa, que no, que no está bien que maten a la gente. Al final, los bocatas a medio comer encima de la mesa.

Capítulo 20: Luto prematuro

Ainhoa se lleva otro chasco con la abuela. No le quiere comprar una tarjeta prepago para el móvil, que no, que dice que tiene muchos gastos. En cuanto llega su padre, se va con él hotel, dejando plantada a la abuela. Mejor, piensa la abuela, menos gastos. Cuando el padre llega, se interesa por la madre, mal dice la hija. Guillermo está interesado, aunque Miren no lo crea. Ainhoa le dice que estña harta de fiambres, y que no quiere ir al hospital, que no quiere ver a la abuela. El padre asiente, y dice que dejará las cosas claras a la abuela. Se quedarán dos dias más, y  podrán hacer lo que quieran. Guillermo va al hospital y ve a Arantxa entubada, pero con ojos abiertos. Se acerca y le dirige una palabras cariñosas, apenas reacciona. La abuela entra, como un elefante, y se encara con Guillermo, entre otras cosas por la ropa negra que lleva, a ver si era un luto por adelantado. Guillermo le deja las cosas claras: se va a separar de Arantxa, ya lo había planeado y hablado con los niños. Le arroja 100 euros por los gastos de Ainhoa.

Capítulo 21: La mejor de todos ellos

Xabier, el hijo de Bitttori, tiene nuevos detalles sobre Arantxa y llama a su madre. Le cuenta que se ha encontrado en el hospital con un conductor de ambulancia del pueblo y que disimuladamente le hna sonsacado información sobre Arantxa: que el marido es un sinvergüenza y la abandonó, que en el pueblo se sufragó con donaciones el traslado a Barcelona de Arantxa y su posterior estancia en un centro de rehabilitación para daños neurológicos y cerebrales. Bittori oye con paciencia, sin interrumpir, pero indagando en detalles. Hijo y madre se despiden.  Y Xabier , ante la foto de su padre, que siempre le aconsejaba ser honrado y actuar con decencia, recuerda el día que Arantxa entro por la puerta de esa misma consulta para pedirle perdón por el asesinato de su padre por parte del hermano de aquella. Y le da una pulsera que le regaló en fiestas su padre, el Txato, tras ver que su madre, Miren, hacía oidos sordos a sus ruegos para que le comprara una, tras haberle comprado el Txato una primera a su hija. Hoy sigue guardando, años después, esa pulsera en el cajón de la consulta.

Capítulo 22: Recuerdos en una telaraña

Xabier se queda en la consulta, recordando. Se queda allí porque el ambiente oscuro de casa se le hace pesaso. En la consulta se entretien con el ordenador, o lee, o habla con el primero que se acerque. Bebe de una botella de coñac que tiene en el cajón. Y recuerda que Arantxa fue la primera mujer que lo besó, cosa que igual ni ella sabe. Eran fiestas del pueblo, hoguera de San Juan, y se encuentra con Arantxa y sus amigas y se va con ellas de poteo. Y en una de estas que Arantxa se le insinúa directamente, más aún le besa en la boca, pero él no reacciona y no sabe que hacer. Recordando se ríe, pero se llama a si mismo gilipollas por haber desaprovechado la ocasión, mirando a la telaraña del techo y bebiendo coñac.

Capítulo 23: Soga invisible

Con la complicidad del personal del hospital, Xabier prepara un encuentro con Arantxa en una de sus sesiones de fisio, sabiendo que vendrá acompañada por su cuidadora, Celeste,  y no por su madre. A pesar de teber experiencia con enfermos, se siente nervioso. Pero cuando llega, le pregunta con naturalidad que tal está. Arantxa esboza un sentimiento de asombro. Jodida, balbucea, y traduce la fisio. Con el Ipad, le dice lo guapo que está. Y que siempre le ha gustado. Sonriente y con humor. Xabier saca la pulsera y se la pone. La besa. Arantxa se emociona, a su manera, bromeando.

Capítulo 24: Una pulsera de juguete

Las amigas y luego Joxian le comentan a Miren: Bittori ha puesto, un geranio en el balcón. Que pretenderá, piensa. Y en una de estas, llega Arantxa del hospital y enseguida le ve la pulsera. Los recuerdos se amontonan en su cabeza. Lo recuerda todo perfectamente. fiestas del pueblo, salen con los niños, se encuentran con Txato y Bittori, Joxe Mari no se queda quieto y hace de las suyas, está nerviosa, Txato compra una pulsera a Nerea, Arantxa, que quiere otra igual. No. Andan estrechos de pasta. No son como el Txato y Bittori, que van a Lanzarote de viaje. Pero el Txato va, la compra y se la regala. A Miren no le sentó bien.

Deja los recuerdos a un lado. Le pregunta a Celeste quién le ha dado la pulsera. Un doctor, dice. Y le cuenta el episodio. Llega Joxian, y Miren le señala la pulsera, con disimulo. Joxiam mete la pata y pregunta a la hija. Pero al final se calla. Ya en la cama el matrimonio habla en susurros. Especulan coom ha podido llegar la pulsera a manos de Xabiery luego otra vez a Miren. No entienden nada. Piensan que estan tramando algo contra ellos. Y ya de madrugada, Joxian durmiendo, Miren escribe en un papel "Alde hemendik" (fuera de aqui), con letra simulada,  para metersela debajo del felpudo a Bittori. Pero sale con la hoja y llueve fuerte. Furiosa, vuelve a casa y rompe la hoja.

Capítulo 25: No vengas

EN PROCESO

 

Tierra vasca (tetralogia de Pío Baroja)

Tierra vasca es el nombre de una tetralogia o serie de cuatro novelas escritas por el escritor Pío Baroja. Aunque inicialmente aparecieron de forma individual, las cuatro novelas forman una serie en las que la historia y cultura del País Vasco conforman su base argumental. En orden cronológico de aparición, Tierra Vasca la conforman La casa de Aizgorri, publicada en 1900 y a la sazón primera novela de Pío Baroja. Luego, vendrían El mayorazgo de Labraz en 1903, Zalacaín el aventurero en 1909. Y tras un largo paréntesis, más de una década después (de hecho la tetralogía fue concebida en principio como mera trilogía), en 1922, aparecería para darle término La leyenda de Jaun de Alzate.

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